El presidente de Estados Unidos canceló los fondos para la construcción del muro con México al presentar al Congreso el presupuesto para el año fiscal 2022, recursos solicitados durante la anterior administración de Donald Trump.
Los fondos solicitados por el gobierno estadounidense contemplan mil 200 millones de dólares para seguridad fronteriza e infraestructura, pero niegan explícitamente que esos recursos estén destinados a concluir la erección de un muro o valla fronteriza en el sur del país.
Sin embargo, esos fondos solicitados por Trump como parte de su estrategia antiinmigrante, serán destinados a otras áreas, específicamente el plan propone gastar 2 mil 100 millones de dólares para contener los asesinatos con armas de fuego, mil millones para combatir la violencia de género y otros mil millones para reforzar la seguridad en la frontera con México, con el matiz de que esos fondos no se dedicarán a seguir construyendo el “muro” que inició Trump.
El tema de la inmigración y la seguridad fronteriza reflejan el enfoque de la administración Biden en combatir las causas de la migración, en lugar de desalentar la llegada de inmigrantes indocumentados como lo fomentaban las autoridades de Seguridad Nacional de Estados Unidos antes de la llegada del actual presidente.
Parte de los recursos para la seguridad fronteriza se destinarán a financiar la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), un organismo dependiente del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
En esa línea, el plan de Biden pide 10.000 millones de dólares para ayudar a los refugiados y desplazados de todo el mundo.
Biden firmó en su primer día en el cargo una orden para detener la construcción del muro fronterizo y, en febrero, rescindió formalmente la orden de emergencia que Trump utilizó para justificar la contribución al muro fronterizo y desviar dinero de otras prioridades para financiarlo.
También pidió al Congreso que invierta 861 millones de dólares en Centroamérica para frenar la inmigración irregular, con el fin de “revitalizar” la ayuda a Centroamérica, en un momento en el que se han disparado las llegadas de indocumentados a la frontera sur de su país.