Las denuncias por delitos cibernéticos en México se duplicaron en los últimos seis años, al pasar de seis mil 393 en 2015 a 15 mil 16 en 2020, y en el primer semestre de este año se registraron siete mil 661, según datos de la Dirección Científica de la Guardia Nacional (GN) obtenidos vía transparencia.
La institución ha identificado 30 delitos cibernéticos en los que el fraude en el comercio electrónico y la difamación son los más denunciados. También están el acoso, las amenazas, la suplantación de identidad, la extorsión, el fraude a usuarios de banca electrónica, el phishing, el robo de contraseñas en redes sociales y otros cometidos contra menores.
El auge de la ciberdelincuencia se debe al mayor uso de los dispositivos electrónicos por parte de adultos, niños y adolescentes como consecuencia de la pandemia de Covid-19, en plataformas de trabajo a distancia, clases online, compras digitales, banca electrónica, trámites y pagos gubernamentales, servicios electrónicos y más.
“Tiene que ver con una mayor penetración de la digitalización, de las aplicaciones digitales en la vida cotidiana de las personas”, explica Juan Manuel Aguilar, experto en temas de ciberseguridad nacional e investigador del Colectivo para el Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE).
Esto se debe, dice, a la necesidad de digitalización que se da por las medidas de distanciamiento social y que hay un área de oportunidad para los ciberdelincuentes. “En el caso específico de México, así como de Brasil, estos dos países concentran el mayor número de incidentes a nivel internacional”, señala.
“Mientras más usemos Internet, obviamente va a haber una mayor posibilidad de que se den algunas de estas situaciones ilegales. Por eso el número de denuncias es cada vez mayor”. Incluso el conocimiento que tiene la propia sociedad conectada, de que estas situaciones existen y que hay instancias a las que pueden acudir para quejarse o denunciar”, señala Enrique Culebro Karam, director de la agencia digital Central Media.
El también ex presidente de la Asociación de Internet Mx, señala que nuestro país no es el único con un problema de ciberdelincuencia. “Prácticamente todos los países que están en el ojo de organizaciones como la ONU o la OCDE tienen situaciones similares”, dice.
Según datos de la Dirección Científica de la GN, entre enero de 2015 y junio de 2021 se denunciaron 72 mil 576 delitos cibernéticos.
Los delitos con más denuncias son: fraude en comercio electrónico, con 24 mil 45 casos; difamación, con ocho mil 821; denuncia ciudadana de páginas web, con siete mil 921; amenazas, con seis mil 638; acoso, con cinco mil 226; extorsión, con cuatro mil 614; robo de identidad, con tres mil 194 y robo de contraseñas de redes sociales, con dos mil 628.
La cifra negra es mucho mayor, pues no siempre se denuncian, dice Juan Manuel Aguilar.
“Indudablemente deben estar subregistrados. Puede ser una parte de la gente que se avergüenza de haber sido engañada, pero creo que también hay una buena parte de gente que no sabe qué hacer, porque no sabe qué paso seguir (para denunciar)”, subraya Culebro Karam.
Aunque en los últimos años las autoridades mexicanas han tratado de involucrarse en el combate a estos delitos con la creación de la Dirección Científica de la GN, antes Policía Federal, y la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, existe un rezago en materia legislativa.
“Aquí tenemos un problema, no tenemos legislaciones concretas para la atención de los delitos cibernéticos (…) Tenemos siete propuestas diferentes vinculadas a la creación de una ley nacional de delitos cibernéticos que no se han consolidado y, sigue siendo un tema muy ambiguo en el ámbito de una jurisdicción, en el ámbito de una atención para un proceso de procuración de justicia, de cómo se impone una sanción en el sistema judicial mexicano. Mientras no tengamos este marco operativo eficiente, habrá un crecimiento exponencial de estos delitos”, asegura el investigador del CASEDE.
El director de Central de Medios coincide y agrega que otro problema son las zonas geográficas, ya que los ciberdelitos no sólo se cometen desde el país, sino también desde otras regiones lejanas del mundo.
“Estamos atrasados, aunque ha habido avances de la GN. Pero es una situación global. Vemos que los gobiernos del mundo todavía se están poniendo de acuerdo en cómo manejar algunas situaciones (…) Por ejemplo, la parte de la jurisdicción, hablando de áreas geográficas, ¿qué pasa si este ataque que puedo recibir viene de Rusia, de China, de algún país lejano? ¿Cómo afrontarlo y cómo pueden interrelacionarse las autoridades de cada gobierno? Desgraciadamente, a medida que se avanza en la mejora de la cooperación o de las mejores prácticas, los grupos criminales y los delincuentes, ahora los ciberdelincuentes, encuentran nuevos resquicios y nuevas formas de encontrar la manera de perjudicar a las personas”, dijo Culebro.