El Papa Francisco lamentó la reducción de la inversión en educación mientras sigue aumentando el presupuesto para armamento en un mundo en el que “se amplifica el ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos”, en el mensaje para la Jornada de la Paz difundido hoy.En el mensaje para la Jornada de la Paz de este año, que se celebra el 1 de enero, Francisco resumió que incluso el camino de la paz “permanece lamentablemente lejos de la vida real de muchos hombres y mujeres y, por tanto, de la familia humana.” Lamentó que, a pesar de los numerosos esfuerzos, “se amplifica el ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos, mientras se extienden enfermedades de proporciones pandémicas, se agravan los efectos del cambio climático y de la degradación del medio ambiente, se agrava el drama del hambre y de la sed, y sigue dominando un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario.” “Como en el tiempo de los antiguos profetas, el grito de los pobres y de la tierra sigue levantándose hoy, implorando justicia y paz”, subrayó.En su discurso, el que suele pronunciar ante los jefes de Estado cuando le visitan en el Vaticano, Francisco propuso tres caminos para “construir una paz duradera”: el diálogo entre generaciones; la educación como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo; y, por último, el trabajo por la plena realización de la dignidad humana. Sobre el diálogo, el Papa subrayó cómo en un mundo “todavía atenazado por las garras de la pandemia”, algunos han huido de la realidad “refugiándose en mundos privados” mientras que “otros la afrontan con violencia destructiva” y señaló que “entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta hay siempre una opción posible: el diálogo.” Abogó por escuchar a los mayores, pero también a los jóvenes y pidió “apreciar y animar a los numerosos jóvenes que se esfuerzan por un mundo más justo y atento a la salvaguarda de la creación, confiada a nuestro cuidado”. También criticó que los presupuestos para la instrucción y la educación, “considerados como un gasto y no como una inversión, han disminuido significativamente en todo el mundo en los últimos años”, mientras que “los gastos militares, en cambio, han aumentado, superando el nivel registrado al final de la Guerra Fría, y parecen destinados a crecer de manera exorbitante”, por lo que instó a los gobiernos a desarrollar “políticas económicas que prevean un cambio en la relación entre la inversión pública en educación y los fondos reservados para el armamento”. Francisco también señaló que debido a la pandemia “millones de actividades económicas y productivas han quebrado” y “los trabajadores precarios son cada vez más vulnerables y muchos de los que realizan servicios esenciales permanecen aún más ocultos a la conciencia pública y política”, así como el impacto sobre los trabajadores migrantes, “ha sido particularmente devastador”. El pontífice argentino instó a “unir ideas y esfuerzos para crear las condiciones e inventar soluciones, para que todo ser humano en edad de trabajar tenga la oportunidad de contribuir con su trabajo a la vida de la familia y de la sociedad”. “Es más urgente que nunca promover en todo el mundo unas condiciones de trabajo decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, promover una renovada responsabilidad social, para que el beneficio no sea el único principio rector”, dijo. El mensaje de Paz para 2022 concluye con el agradecimiento del Papa en este momento de pandemia “a todos los que se han comprometido y siguen dedicándose con generosidad y responsabilidad a garantizar la educación, la seguridad y la protección de los derechos, a ofrecer atención médica, a facilitar el encuentro entre familiares y enfermos, a proporcionar ayuda económica a los indigentes o a los que han perdido su trabajo”, y un recuerdo a “todas las víctimas y sus familias”.