Al menos 375 personas murieron cuando el tifón Rai arrasó Filipinas, el peor tifón que ha azotado el país este año, informó el lunes la policía, mientras se intensificaban los esfuerzos para llevar alimentos y agua a las islas devastadas.
Al menos 500 personas resultaron heridas y 56 están desaparecidas tras el paso del tifón Rai por el sur y el centro del archipiélago, según la policía.
La Cruz Roja filipina informó de una “carnicería total” en las zonas costeras afectadas por el Rai, donde casas, hospitales y escuelas quedaron “reducidos a escombros”.
Más de 300.000 personas huyeron de sus casas y hoteles de playa después de Rai. Varias zonas permanecieron sin comunicaciones ni electricidad, mientras que en otros lugares se arrancaron techos y se derribaron postes eléctricos.
“Nuestra situación es desesperada”, dijo Ferry Asunción, un vendedor ambulante en la ciudad de Surigao, devastada por la tormenta.
Arthur Yap, el gobernador de la isla de Bohol, un popular destino turístico, informó de 94 muertes en la isla.
En las islas Dinagat, el portavoz de la delegación provincial, Jeffrey Crisostomo, dijo a ABS-CBN que otras 14 personas murieron.
Es probable que el número de muertos aumente a medida que las autoridades comiencen a evaluar el alcance total de la catástrofe.
El tifón Rai azotó Filipinas el jueves con vientos de 195 km por hora. Miles de policías, militares, guardacostas y bomberos están desplegados para apoyar las labores de búsqueda y rescate en las zonas afectadas.
El sábado, el ciclón se alejó del Mar de China Meridional y el domingo se desplazó hacia el norte, frente a la costa de Vietnam.
Se utilizó maquinaria pesada, como excavadoras y tractores, para despejar las carreteras bloqueadas por los postes y árboles caídos.
Una evaluación aérea de los daños en el norte de Bohol dejó claro que la gente había sufrido mucho por la destrucción de sus casas y las pérdidas agrícolas, dijo Yap, que declaró el estado de emergencia en la isla.
Por su parte, el Papa Francisco expresó su “cercanía al pueblo de Filipinas“, un país mayoritariamente católico, al final de su tradicional rezo del Ángelus dominical, añadiendo, ante la proximidad de la Navidad, “que el Santo Niño traiga consuelo y esperanza a las familias que se enfrentan a las mayores dificultades”.
El tifón también causó grandes destrozos en las islas de Siargao, Dinagat y Mindanao.
Las fotos aéreas distribuidas por los militares mostraron los daños en la ciudad de General Luna, en Siargao, donde muchos surfistas y turistas se alojaban antes de la temporada navideña.
La gobernadora de Dinagat, Arlene Bag-ao, dijo el sábado que los daños en la isla “recuerdan o son peores que los del súper tifón Haiyan en 2013″.
Los científicos han advertido que los tifones son cada vez más fuertes y se hacen más rápidos como consecuencia del cambio climático.
Filipinas está considerado como uno de los países más vulnerables al cambio climático y sufre unos 20 tifones y tormentas al año, algunos de los cuales tienen efectos devastadores.