Las vacunas son preparaciones que se administran a las personas para generar inmunidad activa y duradera contra una enfermedad estimulando la producción de defensas. Existen diferentes tipos de vacunas, como las producidas con toxoides, bacterias, virus atenuados, muertos o realizadas por ingeniería genética y otras tecnologías.
Las vacunas funcionan al administrar el antígeno al sistema inmunológico, que produce anticuerpos contra la enfermedad. Esto protege a la persona de la enfermedad o la hace más leve si entra en contacto con el microorganismo contra el cual fue vacunada. Las vacunas se aplican generalmente a través de inyecciones, aunque algunas se administran por vía oral.
La aplicación de una vacuna puede causar síntomas leves como dolor, enrojecimiento e inflamación en el lugar de la aplicación, fiebre y decaimiento durante un par de días. Sin embargo, los eventos graves en relación a las vacunas son muy poco frecuentes. Las vacunas son muy importantes para la prevención de enfermedades, junto con el agua potable. Antes de la existencia de las vacunas, algunas enfermedades causaban miles de muertes por año. No vacunarse puede llevar a tener la enfermedad y sufrir complicaciones importantes o incluso la muerte. Además, al no vacunarse, se corre el riesgo de transmitir las enfermedades a personas más vulnerables que no pueden recibir las vacunas, como bebés recién nacidos, personas con defensas bajas, mayores de 65 años y personas embarazadas. Algunas vacunas tienen contraindicaciones, como las vacunas a virus vivo y atenuado que están contraindicadas para embarazadas, personas con el sistema inmunológico comprometido y otras situaciones particulares. Por lo tanto, es necesario informar al vacunatorio en casos de enfermedad o embarazo para evaluar si es necesario hacer una consulta médica.
Cómo funcionan las vacunas y cómo protegen contra enfermedades
Las vacunas funcionan estimulando el sistema inmunitario para que pueda combatir y recordar los gérmenes invasores. El sistema inmunitario es una red de células, tejidos y órganos que trabajan juntos para defender al cuerpo de gérmenes nocivos.
Cuando las bacterias, virus y otros gérmenes invaden el cuerpo, se produce una respuesta inmunitaria. Durante esta respuesta, el sistema inmunitario libera anticuerpos para combatir y destruir al germen invasor. Posteriormente, el sistema inmunitario recuerda al germen, lo que permite una respuesta más rápida y eficaz si el germen vuelve a invadir el cuerpo. Las vacunas ayudan a que el sistema inmunitario funcione mejor y más rápido.
Las vacunas están elaboradas con una pequeña cantidad de gérmenes débiles o muertos, por lo que no causan enfermedad. Al vacunarse, se despierta la respuesta inmunitaria del cuerpo, lo que ayuda a combatir y recordar al germen para poder atacarlo en caso de una futura invasión. Además, las vacunas proporcionan una inmunidad de larga duración ante enfermedades graves, sin el riesgo de enfermarse gravemente.
En comparación, la inmunidad natural ocurre después de que una persona se enferma, pero las enfermedades pueden ser graves e incluso mortales. Las vacunas son mucho más seguras, ya que protegen contra una enfermedad antes de que ocurra. Además, las vacunas no solo protegen a la persona vacunada, sino también a las personas que la rodean. Esto se conoce como inmunidad comunitaria. Al vacunarse, se protege a las personas que no pueden recibir ciertas vacunas debido a su edad o a un sistema inmunitario débil.
- Las vacunas estimulan el sistema inmunitario y ayudan a combatir y recordar a los gérmenes invasores.
- Están hechas con una pequeña cantidad de gérmenes débiles o muertos, por lo que no causan enfermedad.
- Proporcionan una inmunidad duradera ante enfermedades graves, sin el riesgo de enfermarse gravemente.
- Además de proteger a la persona vacunada, también contribuyen a la inmunidad comunitaria.
Tipos de vacunas y ejemplos de cada uno
Las vacunas son una forma segura y efectiva de prevenir enfermedades. Hay diferentes tipos de vacunas, que utilizan distintos enfoques para protegernos contra los gérmenes que causan enfermedades. A continuación, veremos los tipos de vacunas más comunes y ejemplos de cada uno:
- Vacunas vivas atenuadas: Estas vacunas utilizan una forma debilitada del germen que causa la enfermedad. Al introducir esta versión atenuada en nuestro organismo, desencadenan una respuesta inmunitaria que nos protege de futuras infecciones. Ejemplos de vacunas vivas atenuadas son: la vacuna MMR, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola; las vacunas contra el rotavirus, la viruela, la varicela y la fiebre amarilla.
- Vacunas inactivadas: En este tipo de vacunas se utiliza la versión muerta del germen. Aunque no son tan efectivas como las vacunas vivas, también nos brindan protección contra las enfermedades. Algunas vacunas inactivadas son: la vacuna contra la hepatitis A, la vacuna contra la gripe (en su presentación inyectable), la vacuna contra la polio (también en su presentación inyectable) y la vacuna contra la rabia.
- Vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas: Estas vacunas utilizan partes específicas del germen, como proteínas, azúcares o cápsulas. Al estimular al sistema inmunitario con estas partes, logramos una respuesta protectora. Ejemplos de vacunas de este tipo son: la vacuna contra la enfermedad Hib, la vacuna contra la hepatitis B, la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV), una parte de la vacuna combinada contra la tos ferina (DTaP), la vacuna contra la enfermedad neumocócica y la vacuna contra la culebrilla.
- Vacunas con toxoides: Estas vacunas utilizan una toxina fabricada a partir del germen que causa la enfermedad. Al exponernos a esta toxina inactivada, nuestro sistema inmunitario desarrolla una respuesta protectora. Algunas vacunas con toxoides son: la vacuna contra la difteria y la vacuna contra el tétanos.
Además de los tipos de vacunas mencionados, también existen nuevas formas de vacunación en desarrollo, que podrían abrir nuevas posibilidades en la prevención de enfermedades. Dos ejemplos de esto son las vacunas de ADN y las vacunas de vectores recombinantes. Las vacunas de ADN son fáciles de elaborar y económicas, y pueden producir una inmunidad fuerte y duradera. Por otro lado, las vacunas de vectores recombinantes actúan como una infección natural y son especialmente efectivas para enseñar a nuestro sistema inmunitario cómo combatir los gérmenes.
Enfermedades prevenidas por vacunas y cuáles son
Las vacunas son una herramienta crucial para prevenir enfermedades infecciosas. A continuación, te presentamos algunas de las enfermedades prevenibles por vacunas más comunes:
- Fiebre amarilla: Se puede prevenir con la vacuna de virus atenuado de fiebre amarilla, cepa 17D. Esta vacuna se recomienda a partir de los 12 meses de edad. En caso de brotes, se puede aplicar a partir de los 6 meses. La fiebre amarilla es transmitida por mosquitos, y puede causar síntomas graves e incluso la muerte. Es especialmente importante vacunarse si se planea viajar a áreas donde la enfermedad es endémica.
- Hepatitis A: La hepatitis A es una enfermedad aguda del hígado causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Se transmite principalmente por vía fecal-oral. Existen vacunas disponibles contra la hepatitis A, que pueden administrarse junto con otras vacunas incluidas en el Programa Ampliado de Inmunización. Sin embargo, ninguna de las vacunas está autorizada para su administración a niños menores de 1 año. La vacunación es crucial para prevenir la propagación de la enfermedad, especialmente en comunidades con condiciones de saneamiento deficientes.
- Influenza: La vacuna contra la influenza tiene como objetivo evitar los casos graves de gripe y sus complicaciones. Es recomendada especialmente para grupos de alto riesgo, como embarazadas, niños de 6 meses a 5 años, personas mayores, pacientes con enfermedades médicas crónicas y profesionales sanitarios. La vacuna contra la influenza está disponible en dos preparaciones: la vacuna inactivada trivalente o cuadrivalente (TIV o QIV) y la vacuna viva atenuada (LAIV). Cada año, se deben aplicar las vacunas actualizadas para proteger contra las cepas de gripe más comunes.
- Poliomielitis (polio): La poliomielitis es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a los niños pequeños. Se transmite a través de alimentos y agua contaminados. La vacunación es la única forma de prevenir la poliomielitis. La vacuna contra la polio se administra en varias dosis y es parte del Programa Ampliado de Inmunización en muchos países. Gracias a la vacunación masiva, la polio ha sido erradicada en la mayoría de los lugares del mundo.
- Rubéola: La rubéola es una enfermedad viral contagiosa que afecta principalmente a los niños. Se transmite a través de las vías respiratorias. La infección durante el embarazo temprano puede causar la muerte del feto o el síndrome de rubéola congénita (SRC). La vacunación es la forma de prevenir la rubéola. La vacuna contra la rubéola se administra junto con la vacuna contra el sarampión y las paperas en la vacuna triple vírica (MMR), y también está disponible en combinación con la vacuna contra la varicela en la vacuna tetravírica (MMRV).
Es crucial destacar que esta lista de enfermedades prevenibles por vacunas está basada en la información proporcionada y puede haber otras enfermedades prevenibles por vacunas que no se mencionen aquí. La vacunación es una medida efectiva para preservar la salud individual y colectiva, y es fundamental para controlar y erradicar enfermedades infecciosas.
Beneficios de las vacunas para la salud y la comunidad
Las vacunas ofrecen numerosos beneficios tanto para la salud individual como para la comunidad en general. Gracias a ellas, se salvan vidas cada año, ya que ayudan a prevenir enfermedades y a controlar su propagación. Combatir enfermedades a través de la vacunación no solo es posible, sino que también puede llevar a su eliminación e incluso erradicación. Este logro se ha evidenciado en casos como la viruela, que fue erradicada mediante la vacunación masiva.
Además de proteger la salud personal, la vacunación es un acto de solidaridad con la comunidad. Al vacunarnos, no solo nos protegemos a nosotros mismos, sino que también protegemos a aquellos que son más vulnerables, como los niños pequeños, las personas mayores y las personas con sistemas inmunológicos debilitados. Al crear una barrera de inmunidad colectiva, limitamos la propagación de enfermedades y contribuimos a la protección de toda la comunidad.
Es significativo destacar que la vacunación no es solo para la infancia, sino que es relevante a lo largo de toda la vida. Las vacunas brindan protección contra enfermedades infecciosas a cualquier edad y pueden prevenir complicaciones graves e incluso la muerte. Además, las vacunas también han demostrado ser eficaces en la prevención de algunos tipos de cáncer, como el cáncer de cuello uterino y el cáncer de hígado.
Las vacunas no solo proporcionan beneficios para la salud, sino también beneficios sociales y económicos. La prevención de enfermedades a través de la vacunación reduce la carga de enfermedades en la sociedad, lo que se traduce en un menor gasto en atención médica y una mayor productividad en la comunidad. Asimismo, la vacunación es un derecho básico de todos los ciudadanos, y es deber del Estado y del sistema de salud garantizar el acceso igualitario a las vacunas.
Los beneficios de las vacunas para la salud y la comunidad incluyen:
- Salvan vidas cada año.
- Ayudan a combatir enfermedades, haciendo posible su control, eliminación e incluso erradicación.
- Vacunarse es un acto de solidaridad, ya que protege tanto a la persona vacunada como a la comunidad en general.
- La vacunación es clave a lo largo de toda la vida, no solo en la infancia.
- Previenen complicaciones de enfermedades infecciosas y algunos tipos de cáncer.
- Proporcionan beneficios sociales y económicos.
- Es un derecho básico de los ciudadanos.
- Forma parte de un estilo de vida saludable.
- Las vacunas son seguras.
Efectos secundarios de las vacunas y su seguridad
Los efectos secundarios de las vacunas son una preocupación común para muchas personas. Sin embargo, es significativo destacar que los efectos secundarios más comunes de las vacunas son leves y temporales, como el dolor, la inflamación o el enrojecimiento en el lugar de la administración de la vacuna, fiebre leve, escalofríos, cansancio, dolor de cabeza y dolor muscular y articular. Estos efectos secundarios suelen desaparecer rápidamente por sí solos.
Es esencial tener en cuenta que los efectos secundarios graves de las vacunas son muy poco frecuentes. Por ejemplo, si se administran 1 millón de dosis de una vacuna, solo 1 o 2 personas pueden tener una reacción alérgica grave. Esto significa que las vacunas son generalmente seguras y los beneficios superan ampliamente los riesgos.
Además, es crucial mencionar que vacunarse es mucho más seguro que contraer la enfermedad que previenen las vacunas. Las vacunas han demostrado ser altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y potencialmente mortales. La seguridad de las vacunas se ha comprobado a través de rigurosos estudios científicos y regulaciones a nivel mundial.
- Los efectos secundarios más comunes de las vacunas son leves y temporales.
- Los efectos secundarios graves de las vacunas son extremadamente raros.
- Vacunarse es mucho más seguro que contraer la enfermedad que previenen las vacunas.
- Las vacunas no causan autismo, numerosos estudios han demostrado que no existe una relación entre las vacunas y el autismo.
Cómo se desarrollan las vacunas y su proceso de aprobación
El proceso de desarrollo y aprobación de las vacunas consta de varias etapas. En primer lugar, se lleva a cabo la fase preclínica, en la cual se realizan investigaciones y evaluaciones para identificar los antígenos que se utilizarán en la vacuna. Estas investigaciones se llevan a cabo en animales para evaluar la seguridad y la capacidad de la vacuna para prevenir la enfermedad. Es vital destacar que estas pruebas no se realizan en seres humanos.
Una vez que se ha demostrado que la vacuna provoca una respuesta inmunitaria en los animales, se procede a las pruebas en seres humanos en tres fases.
- En la fase 1, se administra la vacuna a un pequeño número de voluntarios adultos jóvenes y sanos para evaluar su seguridad, confirmar la generación de una respuesta inmunitaria y determinar la dosis correcta.
- En la fase 2, se administrará la vacuna a varios cientos de voluntarios que comparten características similares a las personas a las que se prevé administrar la vacuna. Durante esta fase, se evaluará más a fondo la seguridad y la capacidad de generar una respuesta inmunitaria. Además, se realizarán múltiples ensayos para evaluar diferentes grupos etarios y formulaciones de la vacuna. Es fundamental mencionar que en esta fase también se incluye un grupo de control que no recibe la vacuna para realizar comparaciones.
- En la fase 3, la vacuna se administrará a miles de voluntarios y se comparará con un grupo similar que no recibe la vacuna pero sí recibe un producto comparador. El objetivo es determinar la eficacia de la vacuna contra la enfermedad y estudiar su seguridad en un grupo mucho más numeroso de personas. Estos ensayos se llevan a cabo en varios países y lugares para asegurar la validez de las conclusiones en diferentes poblaciones. Durante las fases 2 y 3, los ensayos se realizan de manera “doble ciego”, lo que significa que ni los voluntarios ni los científicos saben quiénes reciben la vacuna y quiénes reciben el producto comparador.
Es importante tener en cuenta que todas las vacunas deben pasar por pruebas amplias y rigurosas para garantizar su seguridad antes de ser introducidas en programas de vacunación a nivel nacional.
Importancia de la vacunación para prevenir enfermedades
La vacunación es una práctica fundamental y eficaz para prevenir enfermedades y proteger nuestra salud. Las vacunas contienen agentes que simulan a los microorganismos causantes de enfermedades, estimulando al organismo a producir anticuerpos y activar el sistema inmunológico. De esta manera, se fortalecen nuestras defensas naturales y se generan anticuerpos que nos ayudarán a neutralizar y combatir los agentes dañinos.
Gracias a la vacunación, hemos logrado erradicar muchas enfermedades que en el pasado causaron millones de muertes a nivel mundial. Las vacunas representan un gran avance en el campo de la medicina y los sistemas de salud. Sin embargo, es clave destacar que existen situaciones en las que no se pueden aplicar las vacunas, como en el caso de recién nacidos, personas con inmunodepresión, enfermedades crónicas o alergias. Por ello, es fundamental consultar a los profesionales de la salud antes de recibir una vacuna.
Además de proteger nuestra propia salud, la vacunación también juega un papel crucial en la protección de poblaciones vulnerables y en la obtención de la llamada “inmunidad de rebaño”. La inmunización de la mayoría de la población reduce la propagación de enfermedades, lo que ayuda a proteger a aquellos que no pueden recibir vacunas, como bebés muy pequeños o personas con sistemas inmunológicos debilitados. Es esencial recordar que la vacunación es un acto de responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia los demás.
En el contexto actual de la pandemia de COVID-19, la vacunación adquiere aún más importancia. La búsqueda de una vacuna eficaz contra este virus ha sido una prioridad a nivel mundial. Informarse sobre la vacuna y el Plan Nacional de Vacunación es fundamental para tomar decisiones informadas que contribuyan a proteger nuestra salud y frenar la cadena de contagios y muertes causadas por esta enfermedad.
Vacunas recomendadas para mexicanos según autoridades de salud
Las autoridades de salud en México recomiendan que todas las personas, desde los recién nacidos hasta los adultos, mantengan sus vacunas actualizadas. El esquema nacional de vacunación proporciona una guía clara de qué vacunas son necesarias en cada etapa de la vida.
Para los lactantes, las vacunas recomendadas incluyen la del rotavirus, que previene una enfermedad altamente contagiosa que puede causar diarrea grave en los bebés. También se recomienda la vacuna contra la hepatitis B, que protege contra una infección viral que puede dañar el hígado.
En la infancia y la niñez, se agregan más vacunas al esquema, como la del tétanos, la difteria, la tos ferina y la polio. Estas enfermedades son altamente contagiosas y pueden tener consecuencias graves si no se previenen. Además, se recomienda la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola, para proteger a los niños contra estas enfermedades virales.
Para los adultos, se recomienda mantener las vacunas contra enfermedades como la influenza, la hepatitis A y B, y el herpes zóster. Estas enfermedades pueden ser peligrosas para los adultos y pueden prevenirse con una vacunación adecuada.
Mitos y verdades sobre las vacunas respaldadas por evidencia científica
En la actualidad, circulan muchos mitos y falsas creencias acerca de las vacunas respaldadas por evidencia científica. Es vital contar con información precisa para desmentir estas afirmaciones y tomar decisiones informadas en relación a nuestra salud y bienestar. A continuación, abordaremos algunos de los mitos más comunes y brindaremos evidencia científica que respalda la verdad.
Mito 1: Si te vacunas puedes quedar estéril, además, te implantarán un chip.
Verdad: Todos los estudios científicos realizados concluyen que ni el virus ni la vacuna interfieren en el metabolismo hormonal o en el desarrollo de los tejidos necesarios para la reproducción. Tampoco existe en el mundo la tecnología capaz de implantar un microchip.
Mito 2: Las vacunas son experimentales, se han hecho sin pasar por todos los requisitos de una investigación seria. No seas un conejillo de indias.
Verdad: Las vacunas contra el covid-19 que utiliza el Perú han cumplido todos los protocolos y fases de investigación habituales, incluyendo una experimental preclínica en animales y las distintas fases clínicas I, II, y III. Además, todos los resultados de los ensayos clínicos son públicos y se pueden consultar.
Mito 3: Las vacunas van a modificar tu ADN. Se notará en los próximos años.
Verdad: Los contenidos de las vacunas no tienen efecto sobre el ADN, ni siquiera llegan a encontrarse, menos a integrarse.
Continuaremos abordando más mitos y verdades sobre las vacunas respaldadas por evidencia científica. Es esencial conocer la realidad y confiar en la información científica para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar.