Varias ciudades brasileñas se enfrentan a la escasez de segundas dosis de la vacuna contra el Covid-19 Coronavac, lo que ha ralentizado la inmunización, mientras que el Tribunal Supremo de Brasil advirtió de que los retrasos en la inoculación de las segundas dosis podrían dar lugar a sanciones.
Al menos siete capitales del país, Aracajo, Belo Horizonte, Belém, Campo Grande, Porto Alegre, Porto Velho y Recife tienen actualmente problemas de abastecimiento y han suspendido la inoculación, mientras que Río de Janeiro y Fortaleza pudieron reanudar la campaña recibiendo segundas dosis de Coronavac, informa el medio brasileño G1.
El estado de Ceará también se ha visto afectado por la falta de dosis, y la Justicia Federal respondió a una acción civil pública presentada por el gobierno estatal y otras instituciones, con el objetivo de obtener el suministro, con una multa para el gobierno en caso de nuevos retrasos en las entregas.
El juez Joao Luis Nogueira Matias ordenó esta sanción, que implica una multa de 100 mil dólares por día de retraso, junto con el envío de 49 mil dosis adicionales a Ceará, una cantidad basada en el número de personas afectadas por el retraso en la inoculación.
En este contexto, el juez del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, advirtió a los gestores públicos que pueden ser sancionados por irregularidades ante los retrasos en la administración de la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Por su parte, el exministro brasileño de Salud Luiz Henrique Mandetta afirmó que advirtió “sistemáticamente” al presidente Jair Bolsonaro sobre las “gravísimas consecuencias” de sus posiciones frente a la pandemia, al declarar ante la comisión que dilucida las responsabilidades en la tragedia que ya dejó casi 410.000 muertos.
“Brasil podría haber hecho más. Podríamos haber empezado a vacunar en noviembre pasado”, dos meses antes, cuando comenzó una lenta campaña de inmunización, dijo Mandetta, primer testigo convocado por la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) instalada por el Senado.
Los primeros en ser citados por la CPI fueron los cuatro ministros de Sanidad que se sucedieron en el cargo desde el inicio de la crisis sanitaria.
El trabajo de esta CPI tiene el potencial de complicar la reelección de Bolsonaro en octubre de 2022.