El Consejo de Seguridad negociaba el domingo una declaración sobre los combates en Oriente Medio, que según el secretario general de la ONU podrían “desatar una crisis incontrolable”.
“La carnicería continúa hoy”, dijo Antonio Guterres al inaugurar una sesión virtual de emergencia del Consejo de la ONU, que paralelamente negocia una declaración que por el momento no cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
“Este ciclo insensato de derramamiento de sangre, de terror, de destrucción, debe detenerse inmediatamente”, remarcó el jefe de la ONU durante la reunión, la primera pública y la tercera desde el lunes, organizada a petición de China, Noruega y Túnez.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riyad Al-Maliki, denunció la “agresión” de Israel contra el “pueblo” palestino y sus “lugares sagrados”.
Y el embajador israelí ante Estados Unidos y la ONU, Gilad Erdan, acusó al movimiento palestino Hamás de haber “premeditado” una guerra con Israel y de querer “tomar el poder en Cisjordania”.
Según los diplomáticos, el Consejo está negociando una declaración, pero el apoyo de Estados Unidos sigue siendo incierto.
Washington ha confiado hasta ahora en los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego y considera que una declaración del Consejo sería “contraproducente”.
“Estados Unidos dijo claramente que está dispuesto a ofrecer su apoyo y sus buenos oficios para que las partes busquen un alto el fuego”, dijo en la sesión la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield. “Los israelíes y los palestinos tienen el mismo derecho a vivir con seguridad”, añadió.
La posición de Washington de privilegiar la diplomacia no es compartida por la mayoría del Consejo, en particular por sus aliados tradicionales.
China lamentó la “obstrucción” de Estados Unidos a una declaración e instó al Consejo a “tomar medidas” para poner fin a las hostilidades.
Guterres hizo un duro llamamiento: “Los combates deben cesar inmediatamente” porque “tienen el potencial de llevar a israelíes y palestinos a una espiral de violencia con consecuencias devastadoras para las dos comunidades y para toda la región”.
La violencia “tiene el potencial de desencadenar una crisis humanitaria y de seguridad incontrolable y de alimentar aún más el extremismo; no sólo en los territorios palestinos ocupados e Israel, sino en toda la región”, añadió.
Riyad Al-Maliki afirmó a su vez que “algunos no quieren utilizar estas palabras -crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad- pero saben que es la verdad”.
“Israel es despiadado e implacable en su política colonial”, dijo, y pidió al Consejo de Seguridad “que actúe para detener la embestida” contra los palestinos.
“¿Cuántos palestinos tendrán que morir para que haya una condena?”, se preguntó el ministro.
“¿En qué momento se van a escandalizar?”, añadió, en alusión a la negativa de Estados Unidos a adoptar una declaración.
Por su parte, Gilad Erdan dijo que “Hamás eligió acelerar las tensiones, utilizándolas como pretexto, para iniciar esta guerra”.
No hay “ninguna justificación para el lanzamiento indiscriminado de cohetes contra la población civil”, añadió, y dijo que los palestinos “utilizan escudos humanos” aumentando el número de víctimas civiles.
Edran -que agradeció el apoyo prestado a su país por Washington- pidió al Consejo de Seguridad que condenara los ataques con cohetes y afirmó que el Estado hebreo no tenía “más remedio” que tomar represalias contra los ataques palestinos para detenerlos.