Una oferta electoral de casi 17.000 candidatos, una votación celebrada de forma inédita en dos días debido a la pandemia y unos resultados que contradijeron todos los pronósticos y que estuvieron marcados por la derrota de la derecha gobernante y el ascenso de los candidatos independientes.
Chile celebró este fin de semana una histórica megaelección para elegir a los 155 candidatos que redactarán su nueva Constitución, pero también a alcaldes, concejales y gobernadores.
Estas son las cinco claves de unos comicios que ya han marcado un antes y un después en la historia del primer productor mundial de cobre y el país con mayor renta per cápita de América Latina.
1.- EL TSUNAMI DE LOS INDEPENDIENTES
En las elecciones constituyentes, las más importantes de la historia reciente de Chile, los independientes fueron los grandes ganadores y, contra todo pronóstico y con un sistema de escrutinio proporcional que no les favoreció, consiguieron 48 de los 155 escaños para redactar la nueva Constitución.
Son caras nuevas, personas ajenas a las estructuras tradicionales de los partidos políticos: académicos, activistas o profesionales que defienden diversas sensibilidades, como el feminismo, el medio ambiente, la educación o la sanidad.
Su éxito en esta votación es visto por algunos expertos como el certificado de defunción de los partidos desprestigiados.
Aunque carecen de afiliación partidista, la gran mayoría se alinean con las ideas progresistas, y muchos buscan canalizar a través de la nueva carta magna las demandas que emanaron de las calles durante las masivas manifestaciones de 2019.
2.- EL COLAPSO DE LA DERECHA
A la victoria de los ciudadanos independientes en las elecciones constituyentes, se suman los buenos resultados de la oposición de izquierda y centro. Entre ambas obtuvieron dos tercios de los escaños de la asamblea constituyente e hicieron caer en picado el apoyo de la derecha, la gran perdedora.
Los conservadores del partido en el poder, que se presentaron en una única lista unificada junto a la extrema derecha, sólo obtuvieron 37 escaños, un resultado muy inferior al tercio de escaños al que aspiraban e insuficiente para influir en el texto y poder vetar artículos durante la redacción.
La heterogénea composición de la convención constituyente se interpreta como el categórico triunfo del cambio, que busca dejar atrás la Constitución vigente -redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)-, pero también dibuja complejas negociaciones con tensiones a la hora de sellar acuerdos.
3.- LA IZQUIERDA, EN LAS PRINCIPALES ALCALDÍAS
La derecha también sufrió una gran derrota en las elecciones municipales (de alcaldes y gobernadores) en las que obtuvo 88 alcaldías, una cifra muy inferior a las 145 obtenidas en 2016.
La izquierda ganó en barrios emblemáticos como el centro urbano de Santiago, donde la comunista Irací Hassler desbancó al candidato de la derecha Felipe Alessandri, que iba a la reelección.
El oficialismo también perdió las alcaldías de las turísticas ciudades costeras de Valparaíso y Viña del Mar, esta última donde los conservadores habían gobernado durante casi 20 años y donde ganó un candidato del Frente Amplio, bloque de izquierda surgido de las protestas estudiantiles de 2011 y que recobró fuerza en las elecciones de este fin de semana.
4.- UN DEFENSOR DEL AGUA EN LA REGIÓN MÁS SECA
En las elecciones regionales, en las que se eligió por primera vez a los gobernadores de las 16 divisiones territoriales del país en un paso histórico hacia la descentralización, sólo 3 candidatos obtuvieron el apoyo suficiente para no pasar a la segunda vuelta, todos ellos de izquierda.
Rodrigo Mundaca, independiente y activista medioambiental, fue elegido por más del 40% del electorado como gobernador de Valparaíso, una de las regiones más afectadas por la creciente megasequía y donde el agronegocio ha dejado a miles de familias sin agua corriente.
El ecologista, ganador del Premio Internacional de Derechos Humanos en Núremberg (Alemania), lleva años luchando por cambiar el régimen de propiedad del agua en Chile, que ha puesto el 80% de los recursos hídricos en manos privadas y donde no se prioriza el agua para el consumo humano.
5.- ¿VUELTA AL VOTO OBLIGATORIO?
A pesar de la importancia de las elecciones, de las que depende el futuro del país, sólo votaron 6,5 de los 15 millones de electores, lo que implica una participación del 43,3%.
Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, ninguna elección ha superado el 50% de participación -a excepción del plebiscito de octubre pasado, en el que votó el 50,9%- y en las municipales de 2016 sólo votó el 34,9%, la cifra más baja de la historia.
La baja participación en una votación tan crucial, que marcará el rumbo de la primera carta magna emanada de un proceso plenamente democrático en la historia de Chile, ha reabierto el debate sobre la reintroducción del voto obligatorio, una medida vigente en otros países.