La candidata de Los Verdes a la Cancillería alemana, Annalena Baerbock, ha defendido hoy su propuesta de suprimir los viajes cortos en avión, como pretende hacer Francia, aunque ha recordado que esto debe ir acompañado de una fuerte red ferroviaria.
“La perspectiva debe ser que los viajes en tren sean cómodos y baratos, como ocurre en otros países europeos”, dijo Baerbock. El dirigente ecologista puso allí como ejemplo el caso francés, aludiendo al proyecto de ley impulsado bajo el mandato del presidente francés Emmanuel Macron para suprimir las rutas aéreas internas cuando exista una alternativa ferroviaria de menos de 2 horas y 30 minutos.
Para que esto sea factible, hay que reforzar la red ferroviaria alemana, ya que, añadió, “desgraciadamente no tenemos trenes eficientes y rápidos como los franceses.”
Baerbock también se mostró partidario de reactivar los trenes nocturnos, como se está estudiando en Austria.
La alusión a los planes franceses o austriacos -ambos bajo gobiernos de centro-derecha- se produce tras las críticas generadas en Alemania desde las filas conservadoras y liberales por las declaraciones de Baerbock al diario sensacionalista “Bild” a favor de eliminar los viajes cortos en avión.
El candidato del bloque conservador y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Armin Laschet, calificó esta propuesta de ejemplo de “típico populismo verde” y consideró que los ecologistas deberían primero “eliminar sus obstáculos a las rutas de tren de alta velocidad”.
El Partido Liberal, en la oposición, ha reprochado a los Verdes que intenten hacer campaña con propuestas como el encarecimiento de las tarifas aéreas, sin tener en cuenta que ello supondrá que los viajes en avión acaben estando sólo al alcance de las clases más privilegiadas.
Baerbock rechazó estas interpretaciones, argumentando que la sustitución del transporte aéreo por el ferroviario sólo es posible si se bajan las tarifas del ferrocarril, y también señaló que si estos planes no se llevan a cabo, no tiene sentido establecer objetivos climáticos.
“El Gobierno actual ha modificado sus planes climáticos a cambio de objetivos más ambiciosos, pero no tiene mucho sentido plantear reducciones para 2030 si no se aplican ya las medidas para conseguirlas”, dijo Baerbock.
La gran coalición de Merkel aprobó la semana pasada un proyecto de ley que incluye nuevas reducciones de emisiones para lograr la neutralidad climática en 2045. La medida fue impulsada por una sentencia del Tribunal Constitucional que instaba al ejecutivo a modificar la ley actual antes de finales de 2022.
La nueva redacción prevé que Alemania reduzca sus emisiones en un 65% en 2030 respecto a 1990 y en un 88% en 2040 para alcanzar la neutralidad climática en 2045.
Ya la Ley de Protección del Clima, tal y como se aprobó en 2019, apostaba por un abaratamiento de los viajes en tren -con una rebaja del impuesto sobre el valor añadido en el billete-, así como por el encarecimiento de los viajes en avión, aunque sin especificar su aplicación.
La lucha contra el cambio climático se perfila como uno de los temas principales de cara a la campaña de las elecciones generales del 26 de septiembre. Los Verdes ocupan la primera posición en intención de voto, con un 26%, un punto por encima de los conservadores de Laschet y diez más que los socialdemócratas.
La rapidez con la que la gran coalición, formada por conservadores y socialdemócratas, articuló la reforma de la ley del clima, a instancias del Tribunal Constitucional, se interpretó como una voluntad de resolver un asunto que iba a convertirse en un tema recurrente en la campaña.
El propio candidato socialdemócrata, el ministro de Economía Olaf Scholz, se había pronunciado hace unos días en contra de los vuelos de bajo coste y a favor de articular las medidas oportunas para que los viajes en tren sean más baratos que los vuelos.
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