TAIPEI. Taiwán elevó su nivel de alerta sanitaria por el coronavirus ante el aumento de los contagios e introdujo nuevas medidas de distanciamiento social. Toda la isla ha sido elevada al nivel 3 de alerta, lo que implica, por ejemplo, el cierre de teatros, bibliotecas e instalaciones deportivas.
Los residentes deben llevar siempre mascarilla cuando salgan al exterior y no pueden reunirse en grupos de más de cinco personas en el interior y diez en el exterior.
El ministro taiwanés de Sanidad, Chen Shih-chung, dijo que los contagios también están aumentando en otras ciudades además de Taipei y Nuevo Taipei, que ya estaban en el nivel de alerta 3. Ayer se registraron 275 nuevos casos de infección y en los últimos cinco días el número de contagios ha superado los 1.200.
Taiwán fue durante meses un ejemplo de buena gestión de la pandemia. La isla, cuyos habitantes estaban muy acostumbrados a llevar mascarillas, consiguió frenar rápidamente la primera oleada de casos y eso les permitió vivir casi con normalidad durante meses. Por el momento, el territorio recibirá 400.000 dosis de la vacuna de AstraZeneca, en un momento en que el brote sigue aumentando.
Según los medios de comunicación locales, el brote de los últimos días ha hecho cambiar de opinión a los taiwaneses, que en un principio eran reacios a vacunarse.
La cara de la pandemia es ahora más amable para los miembros de la Unión Europea, que hoy aprobarán formalmente la apertura de fronteras a los viajeros de terceros países totalmente vacunados o con una situación epidemiológica favorable.
Se permitirá la entrada a quienes se hayan vacunado con los fármacos autorizados por la Agencia Europea del Medicamento -actualmente Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen-, así como a los aceptados por la Organización Mundial de la Salud, como el chino Sinopharm.
Mientras que en las Américas, las infecciones han disminuido y la mejora más drástica se observa en Estados Unidos debido a la vacunación masiva, dijo la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne.
Advirtió, sin embargo, que hay “claras lagunas” en la distribución de las vacunas en la región, ya que la mayor parte se destina a Estados Unidos, mientras que sólo el tres por ciento de los latinoamericanos ha sido vacunado en su totalidad.