Don Chelo, de 68 años, un adulto mayor que vive en Burgos, Tamaulipas, llegó a vacunarse contra el coronavirus en un carro tirado por un burro. Como todos los que llegan en un vehículo, se puso en la fila.
Sin saberlo, su compañero de cuatro patas le estaba haciendo un gran servicio, ya que tiene problemas para desplazarse con facilidad.
Así, mientras se observaba un coche tras otro, los que acudían a vacunarse veían un modelo de coche singular, que no era conducido por un motor, sino por un equino de orejas puntiagudas.
Las imágenes facilitadas a esta redacción muestran al anciano recibiendo la dosis que le protege contra la pandemia, mientras el burro permanece inmóvil.
También se ve a dos enfermeras junto al hombre, que lleva una máscara y un sombrero negros. Su gesto es tranquilo mientras recibe la inyección.
El anciano, tras ser vacunado y esperar media hora para comprobar que la dosis no ha provocado ninguna reacción, abandona el lugar en su transporte, que no puede evitar ser la atracción del día y romper la monotonía de la espera.
Como en otras partes del país, incluyendo Tabasco, en el sitio donde se aplica el antígeno el abuelo acudió, se atiende a quienes tienen dificultad para moverse de sus autos.