AstraZeneca negó el miércoles haber incumplido el contrato de vacunas anticovíricas con la Unión Europea (UE), que reclamó en los tribunales fuertes multas por los retrasos en las entregas.
Durante una vista judicial en Bruselas, la UE acusó a AstraZeneca de “incumplimiento flagrante” del contrato, una acusación que el laboratorio negó rotundamente.
“No ha habido ningún incumplimiento manifiesto del contrato. Es chocante que se nos acuse de fraude”, dijo el abogado de AstraZeneca, Hakim Boularbah, al tribunal.
En la apertura del proceso, el abogado de la UE, Rafael Jeffareli, había acusado al laboratorio de violar el contrato firmado entre las partes al “desviar 50 millones de dosis” a países fuera de la Unión Europea.
En ese caso, la UE pidió que se multara a AstraZeneca con al menos 10 millones de euros (unos 12 millones de dólares), más una sanción adicional de “10 euros por dosis y día de retraso” si no se respetaba el calendario de entregas.
Los abogados de ambas partes se presentaron a primera hora del miércoles ante un juez de medidas cautelares del tribunal de primera instancia francófono de Bruselas. Si es necesario, se celebrará otra vista el viernes, según el tribunal.
AstraZeneca entregó en el primer trimestre sólo 30 millones de dosis de los 120 millones que estaba obligada a suministrar por contrato. Para el segundo trimestre tiene previsto entregar sólo 70 millones de los 180 millones prometidos inicialmente.
El 26 de abril, la Comisión Europea, que negoció los pedidos en nombre de los Estados miembros, anunció que había acudido a los tribunales para arbitrar el conflicto con el laboratorio anglosueco, que suministra una de las cuatro vacunas anticovíricas actualmente autorizadas en la UE.
Los 27 países miembros exigen recibir las dosis prometidas antes del primer trimestre de 2021. Según la Comisión, el contrato expira a mediados de junio. La UE considera que el laboratorio tendrá que pagar multas si no cumple este calendario.
En opinión de Boularbah, “la urgencia ya no es la vacunación de Europa, sino la vacunación de la población mundial”.
La agria disputa entre el laboratorio y la UE gira en torno a la interpretación de aspectos centrales del contrato, como el origen de las vacunas para los países europeos y la noción de “esfuerzo razonable” para cumplir los objetivos de entrega.
Los europeos reprochan a la farmacéutica -socia de la Universidad de Oxford en el desarrollo de la vacuna- que no haya utilizado sus dos plantas británicas, mencionadas en el contrato, para las entregas a la UE.
AstraZeneca trabaja con otras dos plantas en territorio comunitario, situadas en los Países Bajos y Bélgica, pero Bruselas considera que las dosis producidas en territorio británico deberían haberse incluido también en las entregas debidas a los países europeos.
Para la UE, el laboratorio privilegió el suministro de dosis al Reino Unido en detrimento de sus obligaciones en el bloque y argumenta, además, que comprometió los recursos europeos para el desarrollo de la vacuna y la expansión de las capacidades industriales del laboratorio.
Un funcionario de la Comisión Europea cercano al caso dijo a la AFP que AstraZeneca entrega actualmente una media de 10 millones de dosis al mes, muy por debajo del ritmo previsto.
El grupo niega haber incumplido sus obligaciones y ha denunciado un procedimiento “sin fundamento”.
“No hay ninguna obligación de utilizar los centros [de producción]: quizás sea lo que quiere la Comisión, pero no está previsto en el contrato”, había argumentado Boularbah en una audiencia procesal el 28 de abril.
La vista judicial del miércoles se produce en un momento en que la vacuna de AstraZeneca se enfrenta a una clara desconfianza entre los ciudadanos europeos por los rarísimos casos de trombosis que puede provocar.
Dinamarca, Noruega y Austria han renunciado al uso de la vacuna en sus campañas de vacunación. La mayoría de los demás países han limitado su administración a los adultos mayores.
El juez ha ordenado que la próxima vista del caso se celebre el 4 de junio.