La coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Lynn Hastings, hizo el jueves un llamamiento internacional para recaudar 95 millones de dólares para reconstruir las infraestructuras dañadas por el ejército israelí durante el reciente conflicto armado.
Hastings, que ofreció una rueda de prensa virtual en la sede de Naciones Unidas conectándose desde Jerusalén, detalló que el plan se pondrá en marcha en los próximos tres meses y beneficiará a un millón de personas.
“He lanzado hoy en Jerusalén una solicitud de 95 millones de dólares para tratar de atender estas necesidades, durante tres meses. Se ayudará a un millón de personas a salir adelante”, dijo Hastings tras recordar que en los 11 días de conflicto se lanzaron 4.000 cohetes y proyectiles de mortero desde Gaza hacia Israel, e Israel llevó a cabo 1.000 ataques aéreos.
En su comparecencia ante los medios de comunicación, la coordinadora recordó las pérdidas humanas: 253 palestinos murieron en Gaza y otros 27 en Cisjordania, de los cuales se cree que al menos 129 son civiles. Además, un total de 66 víctimas mortales eran niños y 38 mujeres, y otros casi 3.000 palestinos resultaron heridos, entre ellos unos 700 menores.
Además, murieron 12 israelíes, dos de ellos niños, y cientos de israelíes resultaron heridos.
Hastings también volvió a insistir en los daños sufridos por las infraestructuras de Gaza y recordó que hasta 77.000 personas buscaron refugio durante los ataques, aunque “afortunadamente, la mayoría de ellas han podido regresar a sus hogares, algunos de los cuales están gravemente dañados”.
Según él, en total, 800.000 personas tienen hoy problemas para acceder al agua corriente, debido a los daños en el servicio de distribución, 58 centros educativos resultaron dañados y 285 edificios con 1.000 viviendas e instalaciones comerciales fueron destruidos.
También señaló que 11 centros de salud se vieron afectados y que, debido a los daños causados en las infraestructuras, hay cortes de luz diarios de entre cuatro y seis horas.
Sin embargo, subrayó que más allá de estos daños materiales, una de sus preocupaciones son los efectos de los recurrentes conflictos armados en la salud mental de los palestinos, especialmente de los menores.
“La mayor parte de este tipo de infraestructuras se pueden reparar, así que lo que preocupa a la comunidad internacional y humanitaria es, en parte, el llamado impacto psicosocial de estos conflictos recurrentes en la población de Gaza y, en particular, en los niños”, subrayó.