La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ofreció el apoyo de Washington para defender los derechos laborales en México en una reunión con especialistas y líderes sindicales durante su visita al país, en la que anunció un paquete de 130 millones de dólares.
“México y Estados Unidos tienen un pensamiento común sobre lo que podemos hacer para apoyar los derechos de los trabajadores, entendiendo que esto es en el mejor interés de toda la sociedad”, dijo Harris al inicio del evento en un hotel de la Ciudad de México.
A la reunión asistieron Imelda Jiménez, dirigente sindical del norte de México; Inés González, presidenta de la Red de Mujeres Sindicalistas; y Pedro Américo Furtado, representante para México y Cuba de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otros.
La vicepresidenta recordó que antes, en su entrevista con el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, su gobierno ofreció 130 millones de dólares para que durante los próximos cuatro años México implemente la reforma laboral, que garantiza la justicia laboral y la libertad sindical.
“Me reuní con el presidente (de México) esta mañana, sé que comparte el sentimiento sobre la importancia de apoyar al trabajo organizado”, dijo a los líderes sindicales.Harris, encargada de migración y del Consejo Laboral de Washington, realiza su primera visita oficial a México desde la noche del lunes hasta la tarde del martes con el propósito de abordar la migración y la cooperación económica.
En la reunión sindical, que siguió a una con mujeres empresarias y líderes empresariales para abordar la igualdad salarial y laboral de las mujeres, Harris dijo que la administración de Joe Biden es una de las más “pro-sindicales de la historia”.
“Entendiendo que esto es en el mejor interés de toda la sociedad, es en el mejor interés de la prosperidad económica que hagamos que esto funcione”, dijo.
La reforma laboral es una parte esencial del nuevo Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), que ya ha registrado sus primeras quejas laborales en las plantas de General Motors en Silao, Guanajuato, y en una planta de autopartes en Matamoros, en la frontera.
Harris señaló que los sindicatos estadounidenses, que impulsaron cambios en el T-MEC, apoyan a sus homólogos mexicanos.
“Les envío un saludo de parte de los trabajadores organizados y de los sindicatos de Estados Unidos, que sienten una gran conexión con el trabajo que ustedes están haciendo aquí”, dijo.