Los intentos de suicidio entre los adolescentes aumentaron entre 2019 y 2020, año de la pandemia, pasando del 3,9 al seis por ciento en este sector de la población, indica la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Covid-19 2020.
El estudio, realizado por la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Salud Pública entre agosto y noviembre de 2020, revela que 40.5 por ciento de las mujeres de 10 a 19 años que intentaron suicidarse lo hicieron en los 12 meses previos a la entrevista, mientras que entre los hombres de ese rango de edad el porcentaje fue de 26.8 por ciento.
La encuesta también reporta que durante el encierro por la emergencia sanitaria aumentó la ideación suicida, al pasar de 5.1 por ciento de los adolescentes que admitieron haber tenido ese tipo de idea en el periodo 2018-2019 a 6.9 por ciento en 2020.
El fenómeno que ocurre en México se replica en otras latitudes del mundo. Por ejemplo, la Asociación Española de Pediatría indicó el pasado 2 de junio que las urgencias pediátricas en ese país por problemas psiquiátricos crecieron 50 por ciento, sobre todo en adolescentes, respecto a la primavera de 2020.
Y en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que de marzo a octubre de 2020 hubo un aumento del 31 por ciento en las visitas hospitalarias de adolescentes de 12 a 17 años por emergencias de salud mental, en comparación con 2019.
En el contexto internacional, Japón es el país con mayores tasas de suicidio en el mundo y entre la población general; mientras que en América, Estados Unidos, Brasil, México, Canadá y Argentina ocupan los primeros lugares, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. En cifras, el 56,1 por ciento de los suicidios en el continente tienen lugar en América del Norte.
En medio de la emergencia sanitaria de Covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el aumento de la angustia, la ansiedad y la depresión, especialmente entre los trabajadores de la salud, sumado a la violencia, los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias y la sensación de pérdida de las familias, se convirtieron en factores que aumentan el riesgo de que una persona decida quitarse la vida. Los datos más recientes de la OMS en 2016 situaban al suicidio como la segunda causa de muerte de los jóvenes de 15 a 29 años en el planeta.