El ex agente de policía blanco Derek Chauvin utilizó “fuerza mortal” cuando presionó con su rodilla durante varios minutos el cuello del afroamericano George Floyd, que murió asfixiado el pasado mes de mayo, según declaró el miércoles el sargento Jody Stiger ante un tribunal de Minneapolis.
Stiger, que declaró como experto independiente en el juicio de Chauvin, argumentó que las acciones del ex agente constituyeron un uso excesivo de la fuerza porque Floyd no se resistía, sino que estaba tumbado en el suelo y esposado con las manos a la espalda.
Además, opinó que “no debería haberse utilizado la fuerza” cuando Floyd ya había sido inmovilizado.
Stiger es uno de los expertos en técnicas policiales llamados a declarar esta semana por la Fiscalía de Minnesota para intentar demostrar que Chauvin violó los protocolos policiales.
El Departamento de Policía de Minneapolis afirma que la “fuerza letal” sólo debe utilizarse como último recurso, ya que puede provocar la muerte de la persona a la que se intenta neutralizar.
Hoy se cumple el octavo día del juicio por la muerte de Floyd, que desencadenó hace un año las mayores protestas contra el racismo en Estados Unidos desde el asesinato de Martin Luther King Jr. a finales de los años sesenta.
Floyd perdió la vida el 25 de mayo de 2020 cuando cuatro agentes intentaron detenerle por utilizar un billete falso para pagar en una tienda. Durante su detención, Chauvin lo inmovilizó en el suelo presionando su rodilla contra su cuello hasta que dejó de respirar.
El expolicía está acusado de asesinato en segundo grado, castigado con hasta 40 años de prisión; de asesinato en tercer grado, con una pena máxima de 25 años; y de homicidio en segundo grado, que conlleva hasta 10 años de prisión.
Sin embargo, como no tiene antecedentes penales, sólo podría ser condenado a un máximo de 12,5 años de prisión por los dos primeros cargos y a 4 años de prisión por el tercero.