El Reino Unido debería gravar el azúcar y la sal, y los médicos deberían prescribir frutas y verduras para mejorar los hábitos alimentarios de la población, según las recomendaciones de un informe independiente publicado el jueves.
El documento, titulado Estrategia Alimentaria Nacional, hace una serie de recomendaciones al gobierno británico para mejorar la salud de la población, reducir la presión sobre el NHS y mejorar el medio ambiente.
El autor del informe, Henry Dimbleby, señala que la llamada comida basura es un problema en el país y subraya que la industria alimentaria se aprovecha del apetito por la sal, el azúcar y los alimentos grasos para crear productos difíciles de resistir.
Estos alimentos ricos en calorías son mucho más baratos que los más saludables, lo que provoca una epidemia de mala salud por una dieta pobre en nutrientes.
El informe propone gravar con tres libras (3,4 euros) el kilo de azúcar y seis libras (6,9 euros) el kilo de sal que se venda al por mayor para su uso en alimentos procesados o en restaurantes, lo que supondrá un fuerte aumento de los costes.
El autor del documento cree que esto puede ser un incentivo para que los fabricantes reduzcan los niveles de sal y azúcar en sus productos, ya sea cambiando las recetas o reduciendo las porciones.
Los ingresos fiscales de esta tasa podrían alcanzar los 3.400 millones de libras (3.944 millones de euros) al año, mientras que las calorías consumidas por cada consumidor se reducirían.
El informe señala que estos ingresos fiscales pueden contribuir a ampliar la oferta de alimentos gratuitos a los alumnos de las escuelas británicas y a mejorar la nutrición de los sectores de la población con menos ingresos.
Este documento fue encargado por el Gobierno en 2019 y se espera que el Ejecutivo de Boris Johnson lo estudie antes de elaborar un libro blanco dentro de unos seis meses.
Una dieta baja en nutrientes contribuye a unas 64.000 muertes al año sólo en Inglaterra y cuesta a la economía 74.000 millones de libras (85.840 millones de euros), además de provocar emisiones de gases contaminantes.
El texto propone ayudar a los ganaderos a realizar la transición hacia métodos más sostenibles.
“Nuestro alto nivel de obesidad ha sido un factor importante en el trágico nivel de muertes en el Reino Unido. Ahora debemos aprovechar el momento para construir un sistema alimentario que sea mejor para nuestros hijos y nietos”, dijo Dimbleby.
El ministro británico de Comunidades, Robert Jenrick, declaró el jueves a Sky que el informe hace “interesantes recomendaciones” y que el ministro de Medio Ambiente, George Eustice, “las tendrá en cuenta” para elaborar una estrategia alimentaria.
El conocido chef Jamie Oliver, que ha hecho campaña para mejorar la comida que se sirve en las escuelas, dijo hoy que si el Gobierno y las empresas toman “decisiones audaces” y dan prioridad a la salud de la población, existe una “increíble oportunidad” de mejorar las cosas.