JERUSALÉN. La presión sobre Israel en relación con el programa de espionaje Pegasus aumentó ayer, cuando Reporteros sin Fronteras (RSF) pidió al gobierno israelí que imponga una moratoria a la exportación del programa de la empresa israelí de ciberseguridad NSO.
“Los programas de empresas israelíes, como el Pegasus de NSO, implican claramente al Estado de Israel. Aunque sólo hayan desempeñado un papel indirecto, no pueden eludir su responsabilidad”, dijo RSF.
El software no es para proteger sino para infiltrarse en los sistemas, es un producto de ciberseguridad ofensivo y debe ser avalado por el gobierno para ser vendido a terceros países, al igual que un arma, dijo.
“Pedimos al primer ministro Naftali Bennett que imponga inmediatamente una moratoria a la exportación de tecnología de vigilancia hasta que se establezca un marco regulador”, añadió RSF.
En su intervención en una conferencia sobre cibertecnología en Tel Aviv, Bennett, que hizo su fortuna en el sector tecnológico antes de entrar en política, defendió este floreciente sector israelí.
“Por cada 100 dólares que se invierten en ciberdefensa en el mundo, 41 se invierten en empresas israelíes”, dijo, atribuyendo la prosperidad del sector a las unidades de élite del ejército que sirven de incubadoras para las startups.
Sin embargo, según los medios de comunicación israelíes, el gobierno está creando un grupo de trabajo para gestionar las consecuencias de las revelaciones.
Un equipo que incluye los ministerios de Defensa, Justicia y Asuntos Exteriores, así como la inteligencia militar y el Mossad, la agencia de inteligencia, investigará posibles “cambios de política” en relación con las exportaciones cibernéticas sensibles, según funcionarios no identificados.
Por su parte, NSO Group volvió a rechazar la investigación que implica a su software Pegasus en el espionaje de activistas, periodistas o políticos en varios países, y denunció que existe “una campaña despiadada y calumniosa” en su contra.
Ayer, nuevas revelaciones indican que la princesa Latifa Al Maktoum, una de las hijas del emir de Dubai, y Haya Bint Al Hussein de Jordania, la sexta esposa del multimillonario gobernante emiratí, han sido “objetivos potenciales” de los clientes del software espía Pegasus.
Además, involucrando también a Bubai, el fundador de Telegram, la app de mensajería a prueba de intrusos, el multimillonario ruso Pavel Durov, también fue señalado como posible infectado por el programa en nombre de los servicios de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos, cuando se instaló en Dubái, en 2019.
Según Amnistía Internacional, los números de la princesa y su séquito fueron intervenidos días antes de su fuga en 2018, evitada por un comando armado.