Una sequía sin precedentes ha provocado una crisis hídrica y energética sin precedentes en parte de Sudamérica. Argentina declaró el “estado de emergencia hídrica” en el río Paraná, que sufre un mínimo histórico, mientras que Brasil sufre su peor sequía en un siglo, con grandes daños, que los investigadores atribuyen a los cambios en la Amazonia.
El gobierno argentino declaró el “estado de emergencia hídrica” por 180 días consecutivos en la cuenca del río Paraná, tras verse afectado el funcionamiento del polo agroportuario de Rosario.
El Paraná es la vía fluvial por la que circula el 80% de las exportaciones y productos agroindustriales del país, uno de los principales proveedores de alimentos del mundo.
Además, importantes poblaciones dependen del agua potable del río.
Pero debido a una prolongada escasez de agua en la cuenca del Paraná, en el sur de Brasil, el río está en su nivel más bajo en 77 años.
El estado de emergencia, que comienza hoy, fue publicado en el boletín oficial y afecta a las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, en las riberas de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú.
Las divisas generadas por las exportaciones agrícolas argentinas son clave para la maltrecha economía del país, primer exportador mundial de aceite y harina de soja, tercer exportador de maíz y proveedor mundial clave de trigo.
Mientras tanto, el centro y el sur de Brasil sufren la sequía más grave en casi un siglo, ya que cinco embalses de la zona registraron niveles de agua inferiores a la media, según el Global Reservoir and Lake Monitor.
La grave falta de lluvias también está provocando una crisis en el sistema de generación de energía debido a los bajos niveles de agua en importantes presas hidroeléctricas.
El caudal del Paraná está casi nueve metros por debajo del nivel esperado en esta época del año, lo que está perjudicando a la agricultura, según autoridades consultadas por el diario español El País.
Además, las fuertes heladas de esta semana podrían haber causado daños “severos” en entre el 8 y el 11 por ciento de los cultivos de café en Brasil, el mayor exportador mundial del grano, según el Ministerio de Agricultura.
Las heladas, las más intensas de los últimos 20 años, llegan después de la sequía y cuando ya había concluido la recolección de la cosecha 2020-2021.
El río Paraná es el mayor de una cuenca que recorre el gran Acuífero Guaraní, considerado la tercera mayor reserva de agua dulce del mundo.
Cubre un área de aproximadamente 1.194.000 kilómetros cuadrados y se encuentra bajo parte de los territorios de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
A pesar de ello, los investigadores advierten que su abundancia está en peligro.
En 2015 se detectó por primera vez la relación entre el cambio climático y la disminución de los recursos hídricos del acuífero, lo que provocó una gran sequía en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil.
Luciana Gatti, responsable del estudio que detectó que algunas zonas de la Amazonía ya emiten más dióxido de carbono del que absorben, aseguró que la deforestación es la responsable de la falta de lluvias en la región.
El estudio realizado por Gatti reveló una asociación entre la deforestación y los incendios en la selva con los cambios climáticos en toda la Amazonia y determinó que estas interacciones pueden tener consecuencias “negativas y muy duraderas”.
Una de ellas, explicó, es la histórica sequía que asola Brasil y que ha provocado la actual crisis de agua y energía sin precedentes.