El presidente peruano Pedro Castillo ha anunciado que ya no gobernará desde el Palacio de Gobierno de Lima. Entregará este edificio al nuevo Ministerio de Culturas, que se utilizará como museo de historia nacional.
Durante su discurso de investidura el miércoles, Castillo dijo: “No gobernaré desde la Casa de Pizarro”.
Se trata de una referencia a la sede de la presidencia peruana, un palacio construido en 1938 en el mismo lugar donde el conquistador Francisco Pizarro fijó su residencia cuando fundó Lima como capital del Virreinato del Perú.
“Creo que debemos romper con los símbolos coloniales para romper los grilletes de la dominación que han existido durante tantos años”, añadió.
Castillo, el primer presidente de la historia de Perú con orígenes campesinos, anunció que transformaría el palacio de gobierno en un museo que contaría la historia del país desde sus inicios.
Precisamente para ello se inauguró hace cuatro días el Museo Nacional, un imponente edificio de más de 60.000 metros cuadrados en el sur de Lima, en cuya construcción se gastaron unos 125 millones de dólares para convertirlo en el museo más importante del país.
Castillo anunció que el Ministerio de Cultura pasará a llamarse Ministerio de las Culturas como parte de una reestructuración para interculturalizar el Estado.
“En un país tan diverso como el nuestro, necesitamos un ministerio que reconozca las diferentes culturas y lenguas y que aplique políticas en cuya elaboración y ejecución participe la propia población indígena”, dijo Castillo, que asumió la presidencia el mismo día en que Perú celebra sus 200 años de independencia.
El presidente señaló que esto sigue siendo un reto para el país porque “los peruanos y peruanas del pueblo han sido invisibles en la formulación de políticas públicas, como hace 200 años”.
“También es necesario neutralizar al Estado y garantizar que las voces de las comunidades indígenas y de los pueblos afroperuanos se tengan en cuenta en las decisiones importantes”, subrayó Castillo.
El nuevo jefe de Estado peruano anunció también un plan para “transformar lingüísticamente el Estado peruano, con el objetivo de que todas las instituciones públicas donde predominen las lenguas indígenas se comuniquen oficialmente en estas lenguas”.
En Perú se reconocen 48 lenguas diferentes, y entre las lenguas indígenas más habladas están el quechua y el aymara en la región andina, mientras que en la Amazonía las lenguas ashaninka, awajún y shipibo-konibo son las más habladas.
En su primer discurso como presidente, Castilo recordó con fuerza el pasado colonial del país y señaló que esas estructuras de dominación siguen presentes en el país, ya que todavía hay grupos de población excluidos y marginados.