El gobierno de Joe Biden en Estados Unidos tiene, entre sus principales objetivos, atender las causas de fondo de la crisis migratoria en Centroamérica, por lo que la vicepresidenta Kamala Harris presentó este jueves una estrategia para lograrlo.
Harris señaló que los esfuerzos para atender la migración que emerge de Honduras, Guatemala y El Salvador no tendrán resultados inmediatos, ya que el nuevo plan evita establecer metas y plazos específicos.
Sin revelar más detalles, la vicepresidenta dijo que los gobiernos de México, Japón y Corea del Sur, junto con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se han comprometido a apoyar esta estrategia, que fue propuesta dos meses después de la visita de Kamala a la región.
“Nos basaremos en lo que funciona, y abandonaremos lo que no funciona (…) No será fácil, y el progreso no será instantáneo, pero estamos comprometidos a hacerlo bien”, dijo la vicepresidenta.
Antes del anuncio, varios funcionarios estadounidenses adelantaron algunos de los principales puntos del plan de inmigración, que incluye la reducción de la desigualdad y la inseguridad económica, así como la lucha contra la corrupción.
También busca promover el respeto a los derechos humanos y prevenir la violencia, así como hacer frente a la violencia de género y al tráfico de personas, según se indica en un comunicado de la Casa Blanca.
“Para que esta estrategia tenga éxito tenemos que tomar medidas contundentes y trabajar incansablemente durante un largo periodo de tiempo”, dijo un alto funcionario bajo condición de anonimato, quien ha aclarado que el enfoque “debe ser duro para tener un impacto en la gente que está sufriendo tanto en la región”.
El martes 27 de julio, el gobierno de Estados Unidos dijo que dejaría de colaborar con la Fiscalía General de Guatemala tras el despido del principal fiscal anticorrupción del organismo, afirmando que había “perdido la confianza” en la voluntad del país de luchar contra la corrupción.
La nueva estrategia surge a raíz del aumento del flujo de migrantes a través de la frontera entre Estados Unidos y México en los últimos meses, y se están analizando las medidas implementadas anteriormente para encontrar los puntos a seguir y los que se deben mejorar.
Desde marzo de este año, Estados Unidos ha destinado unos 250 millones de dólares a esta causa y, en medio de la pandemia, ha donado más de 10 millones de vacunas antivirales a Guatemala, El Salvador, Belice y Honduras.