La ola de calor en Grecia alcanzó ayer su máximo nivel, con temperaturas que llegaron a los 46 grados centígrados. Según Protección Civil, todos los sistemas de prevención están en alerta máxima, especialmente el control aéreo y terrestre de las zonas en las que podrían producirse incendios.
El Servicio Meteorológico Nacional indicó que las temperaturas se mantendrán altas durante toda la semana y que bajarán ligeramente a partir del fin de semana.
El Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis hizo un llamamiento a la población para que limitara al máximo el consumo innecesario de electricidad, por ejemplo, no poniendo el calentador de agua o el aire acondicionado a menos de 26 grados.
Según los expertos, las condiciones meteorológicas son especialmente peligrosas, sobre todo porque las noches son extremadamente calurosas y el termómetro apenas baja de los 30 grados, por lo que el cuerpo no consigue el tan necesario descanso nocturno.
El Colegio de Médicos de Atenas ha pedido a la población que se tome en serio la ola de calor y ha instado a la gente a no viajar durante las horas de más calor, a beber mucha agua, a evitar las bebidas alcohólicas y a ducharse frecuentemente con agua tibia.
En los últimos días también se han registrado incendios en el norte del Peloponeso, el más reciente en el remoto municipio de Fthiotide, en el centro de Grecia, donde ayer se batió el récord de calor con 46,3 grados centígrados en el pueblo de Makrakomi.
Los bomberos llevan varios días luchando contra un incendio en la isla de Rodas y se han evitado más daños tras la evacuación preventiva de algunos pueblos.
La compañía eléctrica griega anunció que se esperan temperaturas de entre 44 y 46 grados centígrados y que habrá cortes temporales de electricidad en algunas partes del país, especialmente en la región capitalina del Ática, para evitar un apagón general.
Muchos medios de comunicación recuerdan estos días los horrores de 1987, cuando una ola de calor de 11 días en julio se cobró 1.300 vidas, la mayoría de ellas en la región de Atenas.
La gran diferencia entre entonces y ahora, señalan los expertos, es que entonces sólo unas pocas casas tenían aire acondicionado y no se instalaban unidades de refrigeración.