Con el aumento de la prevalencia de los antivacunas en la opinión pública mundial, el debate se ha trasladado a la negativa de grandes segmentos de la población a vacunarse. No se trata de un fenómeno exclusivo de Estados Unidos, donde el 29% de la población dice no vacunarse; en países como Francia, Australia, Alemania o Japón, al menos el 13% de la población comparte la misma opinión.
Con el tiempo, la actitud de los que se oponen a la vacunación sólo ha cambiado ligeramente, pasando de una media del 27% en diciembre pasado al 21% actual en estos países.