Orientar todas las políticas reconociendo la interconexión entre la salud humana, ambiental y animal, impulsar la inversión y crear sistemas de salud pública sólidos son algunas de las recomendaciones para futuras pandemias presentadas este viernes por una comisión asesora de la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Comisión Paneuropea de Salud y Desarrollo Sostenible también propone reducir las desigualdades socioeconómicas, aumentar la recogida de datos y el intercambio de información entre países, crear un Consejo Mundial de Salud bajo el paraguas del G20 y un tratado internacional sobre pandemias, así como una política mundial de vacunación contra las pandemias.
Este organismo, que incluye a científicos, economistas y ex jefes de Estado y de Gobierno, subraya que, a pesar de las advertencias de los científicos, el mundo no estaba preparado para la pandemia de coronavirus, y que las políticas “divergentes y erróneas” han provocado que su impacto sea “catastrófico”, con 1,2 millones de muertos en Europa y más de 4 millones en todo el mundo.
“No podemos permitir que otra pandemia ponga al mundo de rodillas, debemos hacer todo lo posible para evitar una catástrofe de la misma magnitud”, dijo en rueda de prensa el director de la OMS-Europa, Hans Kluge, quien destacó la “incapacidad colectiva” exhibida para aplicar estrategias ya identificadas anteriormente.
El informe, cuyas conclusiones habían sido adelantadas en una declaración previa el pasado mes de marzo, subraya la importancia de un enfoque unitario basado en el concepto de “Una sola salud”, cambiando nuestra forma de pensar sobre la salud y admitiendo que la salud humana, la animal y la medioambiental “forman parte de lo mismo”, en palabras de Martin McKee, experto de la OMS.
“Las políticas resultantes que proponemos deben estar íntimamente ligadas en un marco más amplio y coherente, que abarque las políticas económicas, financieras, tecnológicas, sociales e internacionales”, dijo el ex primer ministro italiano Mario Monti, presidente de la comisión.
El informe recuerda que se cree que actividades humanas como la deforestación, el comercio y el consumo de fauna salvaje y los viajes internacionales han propiciado la aparición del SRAS-CoV-2 y han facilitado su propagación mundial.
La pandemia ha puesto de manifiesto que “el modelo actual de innovación en materia de salud, en el que la mayor parte del riesgo es asumido por el sector público y la mayor parte de los beneficios van a parar a las empresas privadas, es defectuoso y no sirve para su propósito”, afirma el informe, que reclama la cooperación entre ambos sectores y que ambos “compartan” riesgos y beneficios.
La comisión también subraya la necesidad de abordar el “prolongado” déficit de financiación en atención primaria, salud mental y atención social, así como de invertir en la protección del personal sanitario y dar prioridad a la prevención de las enfermedades transmisibles y no transmisibles.
La pandemia también ha provocado una conmoción “sin precedentes” en los sistemas sanitarios, con una falta generalizada de “casi todo” y de atención a los ancianos, así como la suspensión de las actividades rutinarias para otras enfermedades, recuerda la OMS.
Otra recomendación se refiere a la importancia de reducir la desigualdad en los niveles de salud y de ingresos, la falta de fondos para la protección social, la inseguridad laboral, la precariedad de la vivienda, el racismo y otras formas de discriminación, con el fin de reducir la polarización en las sociedades y revertir la pérdida de confianza en los organismos públicos.
La vigilancia y la recopilación de datos son también “esenciales” para controlar las pandemias y requieren un esfuerzo conjunto “basado en la confianza y el intercambio de información”, dice la comisión, que cita la necesidad de que los organismos mundiales den una respuesta más coordinada, incluyendo las vacunas.
“Es importante que todos los países, independientemente de su nivel de ingresos, tengan acceso a la vacuna y también la población que vive en esos países, independientemente de su lugar de residencia”, dijo en una rueda de prensa Siddharta Datta, jefe del programa de vacunas de la OMS-Europa.
Datta habló de garantizar un esfuerzo “coordinado y coherente” para aumentar la producción de vacunas y el intercambio de dosis, pero subrayó que, al igual que la transferencia de tecnología, se trata de procesos “complejos” que requieren expertos y una fabricación de alta calidad, de ahí la conveniencia de institucionalizar el procedimiento.