La Academia Mexicana de la Lengua rechazó el sábado la orden de detención contra el escritor Sergio Ramírez en Nicaragua, mientras aumenta la persecución política contra los opositores al gobierno de Daniel Ortega.
En un comunicado, la Academia Mexicana expresó “verdadera indignación” por el comunicado de la fiscalía nicaragüense “en el que se acusa a Sergio Ramírez, miembro correspondiente de esta sociedad en Managua, de ‘cometer actos que incitan y fomentan el odio y la violencia'”.
Sobre Ramírez, Premio Cervantes 2017 y ex vicepresidente de Nicaragua (1985-1990), pesa una orden de detención desde el pasado miércoles por “lavado de dinero, bienes y activos, atentado contra la integridad nacional y provocación, incitación y conspiración”.
Los cargos contra el escritor, que es miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua, se producen en medio de decenas de detenciones y desapariciones de líderes de la oposición, artistas, activistas y periodistas críticos con Ortega.
“La opinión pública internacional sabe que el gobierno nicaragüense persigue sistemáticamente a sus opositores, apoyado en una legislación represiva que va en contra del sistema interamericano de derechos humanos”, dijo la Academia Mexicana de la Lengua.
La declaración se hace eco de la de la Real Academia Española (RAE), que el sábado emitió un comunicado en el que protestaba “con todas sus fuerzas” contra la detención de Ramírez, que abandonó el país el pasado mes de junio.
También se sumaron las academias de Colombia, Ecuador, El Salvador, Chile, Perú, Costa Rica, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Argentina, Puerto Rico y Norteamérica, así como México, que también emitió su propia declaración.
“El Estado de Derecho no se tiene en cuenta en el caso de un intelectual que está privado de su libertad. La respuesta de Sergio fue inequívoca y demostró que no se le puede silenciar. Nos unimos a su voz en defensa de las libertades”, dijo la academia mexicana.
Apenas el jueves, el gobierno nicaragüense acusó a México de una “actitud injerencista y entrometida” tras un tuit del embajador mexicano en Managua, Gustavo Cabrera.
El diplomático mexicano respondía a un tuit de Sergio Ramírez en el que acusaba al presidente Ortega en un vídeo de acusarle “por su propia fiscalía”. A pesar de este tuit, el gobierno mexicano ha evitado condenar directamente la situación en Nicaragua.
El 25 de junio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió en su rueda de prensa matutina que se “garanticen las libertades”, se evite la “represión” y no se haga “ningún prisionero”, al ser preguntado por la situación política en Nicaragua.