“Como reportero, nunca creí en la suerte, sino en el trabajo”, dijo el periodista Manuel Mejido, quien falleció este viernes 17 de septiembre, después de las 23:00 horas, en la Ciudad de México, a los 89 años de edad.
Colaborador de la Organización Editorial Mexicana (OEM) durante 25 años con su columna Alto Poder, Manuel Mejido, nacido en Tierra Blanca, Veracruz, el 8 de diciembre de 1932, hizo carrera en el periodismo mexicano desde los años 60 y en la década siguiente fue reportero estrella del diario Excélsior para el que cubrió acontecimientos como el golpe de Estado contra Salvador Allende y cuyas anécdotas recogió en más de una docena de libros como “México Amargo” y “Con la máquina al hombro”.
Se inició como cronista taurino en el semanario dominical Claridades (1954-1956), donde ejerció como jefe de información. Colaboró en Ruedo de México y Revista de Revistas, donde fue jefe de información (1960-1963). Trabajó para la revista francesa Paris-Match. Realizó numerosos reportajes sobre el país y fue corresponsal de guerra de Excélsior en Argelia, Vietnam, Oriente Medio y revisó el golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile. Fue subdirector de El Universal y El Universal Gráfico, donde publicó sus columnas Alto Poder y Universo Político. Participó en programas de televisión como “Charlas de Café” y “De cara al público”.
Desde 1996 condujo su columna Alto Poder en las páginas de El Sol de México, que se publica en todos los periódicos de la Organización Editorial Mexicana. Su última colaboración fue la de este viernes titulada “AMLO no invitó a Díaz Canel”.
“Tuve la oportunidad de estar en grandes momentos del siglo XX y entrevistar a personajes que ya son historia como los presidentes Eisenhower, Nikita Krushchev, Ronald Reagan, el Sha de Irán y Víctor Paz Estenssoro; los escritores Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Ciro Alegría y Henry Miller; y otros personajes como Pablo Picasso, Herbert Marcuse, Siqueiros, Tamayo y Jean Cocteau“, declaró alguna vez.
“Como reportero, nunca creí en la suerte, sino en el trabajo, la dedicación, la perseverancia y la imaginación para conseguir la noticia o salir airoso de las guerras y los conflictos armados. Sin embargo, insisto en que un reportero sin suerte sólo se convierte en un conserje”, dijo cuando participó en el Día Mundial de la Noticia.
“A lo largo de mi carrera de casi 65 años de actividad, más los que están por venir, se puede decir que fui un hombre de suerte al revés, porque mientras un golpe de Estado, una guerra o un atentado contra el común de la gente es una situación catastrófica, de infortunio, de mala suerte, en esos eventos encontré mis mejores noticias y reportajes que por muchos años fueron característicos de mi estilo”, dijo.
Manuel Mejido ganó 18 veces el Premio Nacional de Periodismo y fue considerado por la revista Time como uno de los mejores periodistas de México en su edición especial del año 2000.
Le sobreviven su esposa Estela Hernández de Mejido y sus hijos Stella, Luisa, Marisol y Manuel. Su cuerpo será incinerado.
Tras la muerte de Manuel Mejido, el periodista José Martínez M. recordó en su columna “Requiem por Manuel Mejido” para el sitio RelevanteMx que su colega y amigo viajaba por el mundo con su máquina al hombro y trae a colación esta anécdota:
“Cuando Excélsior vivía el esplendor de su grandeza como periódico a principios de los setenta, el mítico historiador Daniel Cosío Villegas -uno de los intelectuales más críticos del presidente Echeverría- se presentó ante la oficina de Julio Scherer. Agitando un ejemplar del periódico Cosío Villegas le dijo a Scherer: ‘Julio, qué espléndidos reportajes hace este Mejido, después de leer sus reportajes sobre Guerrero quiero firmar como reportero en tu periódico’. Cuando el fundador del Colegio de México y del Fondo de Cultura Económica salió de la oficina, Scherer mandó llamar a Mejido para felicitarlo”.
Sobre el periodismo mexicano, Martínez señaló que Mejido le explicó una vez: “Hay libros que te enseñan a escribir una entrada para una nota o un reportaje. Hay que poner qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, pero ninguno explica cómo hacer periodismo”. En el periodismo sólo hay una cosa: informar”.
Mejido refirió que “con las nuevas tecnologías, los jóvenes reporteros se dedican a copiar datos que no siempre son ciertos, y lo peor: no transmiten nada. Así tenemos notas que no provocan sentimientos de alegría, tristeza, dolor o llevan al asombro”.
“Puede haber nuevas y mejores aplicaciones tecnológicas que el periodismo puede utilizar, pero si no hay un reportero que investigue y transmita lo que sucede, los avances no sirven de nada”, dijo.
José Martínez destacó que Manuel Mejido se ha ido, pero deja un importante legado para quienes aspiran a ser verdaderos periodistas.