LONDRES – La crisis de desabastecimiento en el Reino Unido no sólo afecta a las gasolineras: los problemas se extienden a la cadena de suministro y llegan a los mataderos, que corren el riesgo de dejar a los hogares británicos sin carne en Navidad por falta de mano de obra.
La denuncia del sector cárnico de que hasta 120.000 cerdos y otros 30.000 animales de granja podrían ser sacrificados antes de tiempo por la escasez de personal en los mataderos se suma al clamor procedente de distintos sectores de la economía británica.
Aunque el gobierno de Boris Johnson insiste en que hay signos de “estabilización” en las gasolineras, que sufren escasez desde la semana pasada, las autoridades reconocen que el problema del combustible podría durar al menos una semana más.
La falta de camioneros lleva provocando problemas en el suministro de gasolina desde hace algunas semanas, junto con las consecuencias de la pandemia y el Brexit, provocando largas colas en las gasolineras en los últimos días.
La Asociación de Detallistas del Petróleo, que agrupa a las estaciones de servicio independientes, calcula que el 26% de sus asociados seguían completamente secos de combustible, debido a la falta de camioneros que puedan transportarlo desde las refinerías.
Los supermercados, las cadenas de comida rápida y los bares también se ven afectados por los problemas de suministro, que pueden verse agravados por la escasez de mano de obra en la producción.
Mientras tanto, continúan las largas colas de conductores que quieren cargar, principalmente en Londres y el sureste del país. La punta del iceberg han sido las gasolineras, pero la escasez y la falta de mano de obra en los puestos de trabajo poco cualificados también empiezan a manifestarse en algunas estanterías vacías de supermercados y tiendas de alimentación.
Aunque la escasez no es generalizada, empiezan a verse huecos en los espacios dedicados a determinados productos, con carteles que advierten a los clientes de que no se espera una reposición hasta dentro de diez días o dos semanas.
La preocupación ha llegado de lleno al sector agroalimentario, que está viendo cómo la falta de personal está obligando a los propios ganaderos a sacrificar sus animales al no poder recurrir a los mataderos, donde se trata y procesa la carne para su posterior comercialización.
La Asociación Británica de Procesadores de Carne calcula que faltan unos 15.000 carniceros, lo que significa que los profesionales en activo sólo pueden dedicarse a suministrar a los supermercados los cortes básicos de carne y no a los productos navideños que requieren más trabajo.