El lunes se desmanteló en Chile una red delictiva acusada de promover los viajes irregulares de los migrantes para llegar al norte de México y a la frontera con Estados Unidos, según la Interpol.
El grupo facilitó el traslado desde el país sudamericano de unos 1.000 migrantes haitianos, entre los que se encontraban 267 niños menores de seis años, a través de una compleja red transfronteriza, informó la Coordinación Policial Global de Chile.
Al ser interrogados, muchos de los infantes revelaron que no viajaban con sus verdaderos padres, otros habían sido abandonados o sus padres habían muerto en el camino.
“Es espantoso pensar lo que han sufrido estos niños vulnerables, algunos de tan solo unos años de edad”, dijo el Secretario General de Interpol, Jurgen Stock.
La red promocionaba sus servicios a través del servicio de mensajería Whatsapp, según Interpol, y ayudaba a transportar de forma encubierta a los migrantes a Perú desde Chile, para luego emprender su viaje hacia el norte a través de gran parte de América Latina.
La policía chilena detuvo a nueve sospechosos implicados en la operación, entre ellos cuatro chilenos, dos venezolanos, un peruano, un haitiano y un paraguayo.
La migración es un problema cada vez más grave en América Latina y se ha convertido en el centro de atención después de que miles de migrantes haitianos formaran un campamento improvisado en la frontera entre Estados Unidos y México.
Muchos haitianos han huido de países como Chile y Brasil, donde algunos dicen haber sufrido racismo. En Chile ha habido protestas en las últimas semanas contra los campamentos de migrantes que han aparecido en las plazas de las ciudades e incluso en las playas.
Las familias haitianas, muchas de ellas con niños pequeños, huyen a Estados Unidos y a otros países en busca de mejores oportunidades que las disponibles en su país, que se ha visto afectado por la crisis política y los desastres naturales.
|| Con información de REUTERS ||||