LONDRES. El aumento de los precios de la energía alarmó a los líderes europeos y provocó escalofríos en los mercados mundiales, aumentando la preocupación por una crisis invernal del combustible que podría jugar a favor de Rusia, país rico en gas.
El mercado europeo del gas registró una subida de precios récord, de más del 25%, debido a la fuerte demanda ante la proximidad del invierno, especialmente en Asia, pero también a la limitación de la oferta y las reservas mundiales.
“La subida de los precios de la energía en Europa es realmente única”, dijeron los analistas de Societe Generale. “Nunca se había visto que los precios de la energía subieran tanto y tan rápido”.
Carsten Fritsch, analista de Commerzbank, interpreta esta tendencia como “un movimiento de pánico” ante la escasez de reservas y la proximidad del invierno en el hemisferio norte. La demanda asiática, sobre todo la de China, es también un factor importante.
La crisis desatada por las subidas de los precios del gas y la electricidad llevó a España a reclamar “audacia” a la UE para afrontar el problema, aunque otras voces optaron por sugerir cautela.
Sin embargo, un grupo de países -encabezados por Alemania y Holanda- defiende una postura más cautelosa, argumentando que el aumento de los precios de la energía es a corto plazo.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, admitió que “es un problema grave. Creo que hay que tener muy claro que los precios de la gasolina se están disparando”, dijo.
En Rusia, el Jefe de Gobierno Vladimir Putin culpó a la UE de la situación, alegando que las empresas habían suspendido importantes contratos.
Desde hace varios días se culpa a Putin y a su gobierno de la situación por limitar intencionadamente sus suministros de gas a Europa. Según esta versión, la maniobra busca acelerar la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2, que conecta Rusia y Alemania, objeto de la ira de Estados Unidos.
La jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel, aseguró no tener pruebas de que Rusia esté limitando intencionadamente el suministro de gas.
Los precios del petróleo en EE.UU. alcanzaron brevemente su nivel más alto en casi siete años y los del gas natural alcanzaron máximos históricos, ya que China y otros grandes consumidores luchan por hacer frente a una demanda que se ha recuperado más rápido de lo previsto tras la pandemia.