NUEVA YORK. Transcurridos quince meses de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, más de 140.000 niños han sufrido la muerte por Covid-19 de uno de sus principales cuidadores, incluidos padres o abuelos, según un informe publicado en la revista médica Pediatrics.
El consorcio Pfizer-BioNTech solicitó ayer autorización para el uso de emergencia en EE.UU. de su vacuna Covid-19 en niños de entre 5 y 11 años, ya que el país se enfrenta a una “pandemia” secundaria debido al gran número de niños que se han quedado sin padre o madre a causa de la enfermedad.
Pfizer-BioNTech presentó su solicitud al regulador federal, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), que podría tardar semanas en dar luz verde: si se aprueba, se calcula que unos 28 millones de niños podrían ser vacunados y sería el primer suero autorizado en el país para menores de 12 años.
Pfizer ha destacado en un tuit que el paso es “importante” en la lucha contra el Covid, dado que los nuevos casos en menores en Estados Unidos siguen siendo elevados.
La petición llega en un momento en el que se han reanudado las clases presenciales en el país y las autoridades sanitarias consideran importante inmunizar a los menores no sólo para protegerlos, sino también para evitar el contagio de los adultos que están con ellos.
Sin embargo, se enfrentan al escollo de muchos padres reacios a vacunar a sus hijos, en un país donde el uso de mascarillas y la inmunización se han politizado.
Según un estudio publicado en septiembre por la Kaiser Family Foundation, un tercio de los padres de niños de entre 5 y 11 años planean “esperar a ver” cómo funcionan las dosis antes de inmunizar a sus hijos, mientras que una cuarta parte afirma que no los vacunará.
Y, a pesar de los avances que supondría la aprobación de la vacuna en EE.UU. para niños de 5 a 11 años, el país se enfrenta a un efecto secundario en los niños más difícil de combatir.
Un estudio publicado ayer por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU y la revista Pediatrics indica que un total de 142.637 menores estadounidenses han perdido a uno de sus padres o tutores a causa de la Covid-19 entre el 1 de abril de 2020 y el 30 de junio de 2021.
El análisis destaca que uno de cada 500 niños y adolescentes del país se ha quedado huérfano de un padre o abuelo que lo cuidaba.
Además, existen disparidades raciales y geográficas, ya que los niños de minorías étnicas representan el 65% de los huérfanos por la pandemia.
Según el estudio, la vida de los niños queda marcada para siempre tras perder a un padre o abuelo que los cuide.
“Los niños que se enfrentan a la orfandad como consecuencia de Covid es una pandemia mundial secreta de la que, lamentablemente, Estados Unidos no se ha librado”, dijo la autora principal del estudio, Susan Hillis, investigadora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).