ROMA: Los líderes del G20 reunidos en una cumbre telemática decidieron dejar a un lado sus diferencias y trabajar juntos para prestar ayuda humanitaria a Afganistán, dijo el primer ministro italiano, Mario Draghi, quien reconoció que para ello es necesario “involucrar” a los talibanes en el poder.
“Es muy difícil ayudar a los afganos sin involucrar al gobierno talibán, pero esto no implica su reconocimiento”, aseguró Draghi.
“Somos conscientes de la emergencia y de las enormes responsabilidades que el G20 tiene con los afganos y con Afganistán, donde hemos estado durante 20 años”, explicó el jefe del Gobierno italiano en una rueda de prensa al término de la cumbre.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el turco Recep Tayyip Erdogan y el indio Narendra Modi fueron algunos de los líderes que participaron en las conversaciones, que se iniciaron con la promesa de la Unión Europea de aportar unos 1.160 millones de dólares en ayuda para evitar una crisis humanitaria.
A la cumbre, convocada por Draghi, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria del Grupo de las 20 potencias económicas (G20), no asistieron el presidente chino, Xi Jinping, ni el ruso, Vladimir Putin.
El G20 incluye, entre otros, a España, Argentina, México y Brasil.
“Lo que nos preocupa es el aislamiento económico del país (…) y el gran número de desplazados, 600 mil dentro del país. Esto tiene un efecto desestabilizador muy potente”, reconoció la presidencia francesa, tras subrayar que no se han puesto condiciones para que Afganistán reciba ayuda humanitaria.
Para la canciller alemana, Angela Merkel, la comunidad internacional no puede “dejar de reaccionar mientras 40 millones de personas” en Afganistán “se hunden en el caos”.
La comunidad internacional teme una catástrofe humanitaria desde que los talibanes, un movimiento islamista radical, tomaron el poder en Afganistán en agosto tras la retirada de las tropas estadounidenses después de 20 años de guerra, y desde entonces el país tiene bloqueado el acceso a los fondos internacionales, lo que ha agravado su crisis humanitaria.
Sobre todo porque ha mermado la liquidez de los bancos afganos y ha encarecido irremediablemente los alimentos y los productos de primera necesidad, dejando a millones de personas con hambre.
El grupo de 20 potencias, junto con los países vecinos y entidades como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, estudió cómo desembolsar una ayuda que tuviera impacto en el pueblo afgano sin pasar por las manos de los talibanes.
El paquete de la UE ya aprobado incluye una provisión de 461 millones de dólares, así como ayuda adicional especializada para acciones como la vacunación, el alojamiento, la protección de civiles y el respeto de los derechos humanos.
Estos recursos se destinarán a la ayuda directa a la población local y se canalizarán a las organizaciones internacionales ya activas en estas regiones.
Las Naciones Unidas y Qatar, un intermediario clave en Afganistán que ha organizado las conversaciones entre Estados Unidos y los talibanes, también fueron invitados a la cumbre virtual, que se celebró a puerta cerrada.
El régimen talibán, que aún no ha sido reconocido como gobierno legítimo por otros países, también se enfrenta a la amenaza del Estado Islámico-Jorasán, que ha llevado a cabo una serie de atentados mortales.