Alex Saab, un empresario cercano al gobierno de Nicolás Maduro, declaró en una carta que no tenía “nada que ver con Estados Unidos” y que no había cometido ningún delito, según la carta, que fue leída por su esposa Camila Fabri el domingo.
En la declaración, realizada antes de su extradición, dijo que no tenía intención de mentir en nombre de Estados Unidos para influir en el gobierno venezolano.
“No tengo nada que ver con Estados Unidos, no he cometido ningún delito en Estados Unidos ni en ningún otro país, y no voy a mentir para favorecer a Estados Unidos contra un país que está atravesando un bloqueo inhumano (Venezuela)”, dice la carta, que Fabri leyó durante una manifestación por la liberación de Saab.
En el texto, el empresario culpó a Washington y a la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó de su vida e integridad física.
“Afrontaré el juicio con plena dignidad y haré valer mi inmunidad diplomática como servidor de la República Bolivariana de Venezuela“, dice la carta, que añade que no es un “suicida” y deja constancia de que será un asesinato si le ocurre algo.
Saab también dijo que se violaron todos sus derechos, que fue “secuestrado física y psicológicamente” por el gobierno estadounidense y Cabo Verde.
También culpó a Guaidó y a Iván Somonovis, socio del líder opositor, de su “secuestro”.
Por su parte, Fabri denunció que no se le permitió ver a su marido durante su detención en Cabo Verde y que la única persona que pudo hacerlo fue su hermana.
Añadió que “viajó a Cuba hace unos días y (los funcionarios de la) embajada de Cabo Verde” en ese país le dijeron que era “persona non grata”.
“Lo que más le molesta a Estados Unidos es que mi marido nunca se doblegue, y nosotros somos y hemos sido siempre una familia muy, muy unida, y así como él fue secuestrado, nosotros también (…) tiene el poder de la verdad y la inocencia”, dijo.
El empresario colombiano fue extraditado el sábado tras más de un año detenido en Cabo Verde a petición de las autoridades estadounidenses por presunto blanqueo de capitales.
Saab está acusado de siete cargos de blanqueo de capitales y uno de conspiración para blanquear dinero, y está sometido a sanciones por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EEUU desde mayo de 2019.
Tras su detención en junio del año pasado, Venezuela alegó que el empresario era un ciudadano venezolano y un “agente” del gobierno que estaba “en tránsito” en Cabo Verde, por lo que sus abogados argumentaron que tenía “derecho a la inviolabilidad personal como enviado especial de Venezuela”.
El gobierno venezolano consideró la extradición de Saab como un “secuestro” e interrumpió el diálogo político con la oposición que se inició en México en agosto.