Xalapa, Ver.- Uno se acostumbra a vivir con una especie de dolor que nunca se va, pero a la vez con una especie de compañía que siempre está presente”, comparte Ana Iris Nolasco Mijares.
La actriz y directora de teatro xalapeña comparte que tras la partida física de los seres queridos, uno aprende a vivir con una profunda tristeza, pero también aprende a reír.
Ante la prematura partida de su sobrino, un hombre joven, alegre, sin vicios y al que le gustaba bailar, siente una profunda pena, pero también coraje por todas las personas que no se cuidan y que terminan provocando la muerte de quienes sí lo hacen.
“Es más triste ver partir a alguien así”, dice, por lo que le preocupa que en este momento seamos algo más egoístas y que a pesar de estar prácticamente más cerca de los que están lejos, estemos más alejados de los que nos rodean.
Considera que los mexicanos “somos muy cariñosos, muy afectuosos, lo que la pandemia vino a terminar”, aunque aunque muchos guardan su distancia física, también hay personas irrespetuosas que se acercan demasiado, que no usan cubrebocas, ni respetan las reglas de sanidad y por culpa de gente que no se cuida, se van otros que no deberían.
Así, desea un tiempo en el que podamos volver a abrazarnos, pero al mismo tiempo reflexionar sobre el respeto y el reconocimiento del medio ambiente, de los animales y, por supuesto, de los seres humanos.
Reflexiona sobre la vida y sobre el regreso de las almas en la próxima celebración de Todos los Santos, y prefiere pensar que sí vienen, porque “mientras uno piense en los que ya no están físicamente en este plano, no mueren.
Las personas que uno quiere, que echa de menos, están siempre conmigo. Siempre están vivas“, sin embargo eso no le quita la tristeza por todas esas charlas que quedaron inconclusas.
Dice que echa de menos a los que se fueron, porque algo cambia y nunca vuelve a ser lo mismo, sin embargo, cree que lo mejor que podemos hacer por ellos es ser mejores personas. “Seamos siempre mejores, es un homenaje que podemos hacerles”, concluye.