Un año después de que el coronavirus cambiara el mundo, el teléfono móvil del Dr. Mario suena. Efectivamente, es una familia con alguien infectado que le pide ayuda…. A pesar del riesgo, no duda en cuidar de ellos; el amor y las enseñanzas de su madre, que murió a causa del virus, le impulsan a ayudar en cada momento de su vida.
“Al principio no veía a los enfermos de covirus en la consulta de mi casa, después de la muerte de mi madre los veo porque no quiero que les pase lo mismo que a mí, no quiero que pasen por esta agonía, quiero que se mejoren y podamos seguir conviviendo en familia”, dijo a EL SOL DE TAMPICO Mario Iván Benitez Solano, quien antes del estallido de la pandemia se iba a casar con el amor de su vida, Tania, en 2020.
Cuando Mario habla de su madre Alma Leticia Solano Villanueva, fallecida el 23 de julio de 2020, piensa en una mujer profesional y doctora en educación, pero sobre todo en una mujer leal y alegre que partió en los primeros momentos de la epidemia, cuando los hospitales y los servicios públicos estaban desbordados.
“Como trabajador sanitario, te sientes impotente porque no podías hacer nada más. ¿Por qué no pudiste hacer más por tu madre? Había mucha rabia, mucha frustración”, recuerda.
El 23 de octubre de 2021, el Dr. Mario, que ya ha sido padre, se casó por fin tras no poder hacerlo en 2020 a causa de la pandemia.
Aunque su madre ya no estaba presente físicamente, su foto colgaba en la entrada del salón de bodas y en el boutonniere de su chaqueta, por lo que siempre estuvo cerca de él durante ese momento tan especial, en cuya organización incluso participó inicialmente.
“Para mí, fue un gran ejemplo y un modelo a seguir en cuanto a estudios y salud. Mi hijo Elián hubiera sido su segundo yo; es muy dulce, muy alegre y feliz. Cuando nació Elián, notaron un parecido con mi madre. ¿Qué habría pasado si hubiera conocido a su primer nieto?
Mario, que incluso lleva la foto de su madre en el coche para enseñársela a su hijo todo el tiempo, ha decidido que su madre sigue a su lado y que no habrá virus que le impida agradecerle y quererla siempre.
El Dr. Mario y su familia se acuerdan de Doña Alma cuando suben al coche, en cada momento especial y la sonrisa del pequeño Elián mientras su foto está en el altar para recordarles que ese día de los muertos y su recuerdo siempre vivirán en ellos.