En fechas significativas como el Día de los Muertos, lo que más se recuerda de las personas ausentes son los pequeños detalles. Renzo Ramírez era lector de libros sobre la Segunda Guerra Mundial, fanático de los tanques a escala y coleccionaba figuras de acción de Juego de Tronos, The Walking Dead y superhéroes.
También solía llevar los colores de las Águilas del América bajo su bata de médico del Seguro Social, que usó durante varios años antes de convertirse en el primer residente de Zacatecas en enfermar y morir de Covid-19.
Durante la pandemia han fallecido 3 mil 418 personas en el estado, 32 de las cuales eran médicos que, como Renzo, arriesgaron su vida para cuidar la de los demás.
“Amaba su profesión, nunca se negó a dar una consulta, siempre estaba disponible para cualquiera, no importaba si era tarde o si era fin de semana”, recuerda Sandra Yazmín, su esposa.
Fabiola, su hermana menor, también lo recuerda como “el médico más entregado a su vocación, siempre dedicado a sus pacientes”, por eso un estetoscopio y una bata blanca están en la ofrenda de Día de Muertos que ya está en su finca familiar.
También hay varias fotografías, una gorra de “Súper Papá“, una cerveza Sol, una botella de Whisky, figuritas de la Segunda Guerra Mundial y su camiseta de América. Como se acerca el 2 de noviembre, también habrá gorditas de yesca con queso y unos tacos de callos, su comida favorita.
Para Sandra Yazmín es importante celebrar el Día de Muertos “porque nos permite mantener vivo el recuerdo, y el legado de los seres queridos que nos han precedido y para que permanezcan entre nosotros (…) porque sólo mueren los que son olvidados”.
Aunque el Día de Muertos es un día festivo, reconoce que la pérdida de Renzo, ocurrida el 30 de marzo de 2020, sigue siendo dolorosa cada día: “Fue la mejor persona que pude conocer (…) Lo extraño mucho y daría cualquier cosa para que nuestra hija tenga la oportunidad de crecer al lado del ser humano que fue su padre”.