GLASGOVIA. Un estudio publicado el jueves por el Proyecto Global del Carbono informaba de que, aunque las emisiones mundiales de CO2 se habían controlado durante la pandemia de Covid-19, se acercaban de nuevo a niveles récord.
La pandemia había frenado brutalmente la economía mundial, y con ella la contaminación del planeta debido al menor consumo de energía fósil y a parte del bloqueo. Las emisiones totales descendieron un 5,4% en 2020.
Pero esas emisiones volverán a subir en 2021, nada menos que un 4,9%, hasta situarse a un 1% del récord de 2019, según el estudio de un consorcio internacional de científicos, publicado durante la COP26.
Preocupan especialmente las emisiones de gas y carbón, que crecerán este año más de lo que cayeron en 2020. El informe señala que la recuperación económica vuelve a basarse en los combustibles fósiles.
Las emisiones debidas al petróleo aumentan un 4,4% en 2021. No vuelven a los niveles de 2019, pero los autores señalan que el sector del transporte aún no ha recuperado los niveles anteriores a la crisis, por lo que ese repunte puede acelerarse.
“Este informe es un jarro de agua fría”, explica una de sus coautoras, Corinne Le Quéré, profesora de cambio climático de la Universidad de East Anglia.
Muestra lo que está ocurriendo en el mundo real, mientras aquí en Glasgow hablamos de cómo afrontar el cambio climático”.
La consecuencia de este sobrecalentamiento de la economía, y por tanto del planeta, es que el objetivo ideal de limitar el aumento de la temperatura a +1,5°C se aleja cada vez más.
El planeta ya ha experimentado un aumento de entre +1,1°C y +1,2°C en comparación con la era preindustrial.
Al ritmo actual, al mundo sólo le quedan ocho años para tener un 50% de posibilidades de limitar el aumento de la temperatura a +1,5°C.
El peor alumno es el país donde surgió la pandemia del covid-19, China, que ya representa el 31% de las emisiones de CO2.
Como su economía surgió antes de la crisis mundial, este porcentaje podría cambiar.
El descenso de la actividad mundial debido a la pandemia “nunca fue un cambio estructural. No es lo mismo dejar el coche [temporalmente] en el garaje que cambiarlo por un coche eléctrico”, explicó Le Quéré a la AFP.
El repunte “fue más fuerte de lo esperado”, añade Glen Peters, del Centro Internacional de Investigaciones Climáticas, otro de los autores del estudio.