Los nuevos compromisos para combatir el cambio climático asumidos en la COP26 de Glasgow apenas reducen la tendencia actual y conducen al mundo a un aumento catastrófico de la temperatura, advirtió este martes la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Incluso con las resoluciones firmadas por decenas de países para frenar la deforestación, reducir las emisiones de metano en un 30% o acabar con la dependencia de los combustibles fósiles, la situación sigue siendo alarmante, según una nueva estimación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Durante diez días, Glasgow ha sido escenario de grandes discursos y compromisos, pero “francamente, la montaña ha parido un ratón”, declaró Inger Anderson, del PNUMA, para rematar el cubo de agua fría que lanzó sobre la Conferencia.
El PNUMA había publicado su informe anual en octubre, antes de la COP26 de Glasgow, y sus expertos estimaban que el mundo se encaminaba a un aumento de la temperatura global de hasta +2,7ºC.
Ahora, tras los últimos compromisos nacionales de las casi 200 partes presentes en Glasgow, esa estimación no es mejor de aquí a 2030.
El mundo sigue necesitando “siete veces más ambición” para cumplir el objetivo de +1,5°C previsto en el Acuerdo de París de 2015 para combatir el cambio climático, subrayó el martes Anne Olhoff, autora principal del informe.
Sobre la base de lo acordado en París, los países reunidos en Glasgow deben imponer antes del viernes normas de transparencia, control mutuo de las emisiones, acordar una financiación a medio plazo o compensar los daños que ya están sufriendo los países más vulnerables.
El ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, un pequeño archipiélago de la Polinesia, se filmó con el agua hasta la cintura en un vídeo dirigido a la COP26 para simbolizar el peligro de la subida del nivel de los océanos.
Los informes de evaluación “muestran que ha habido avances, pero claramente no han sido suficientes”, admitió el presidente de las negociaciones de la COP26, el británico Alok Sharma.
Las negociaciones se han dividido en mesas sectoriales, con dos ministros en cada mesa encargados de escuchar a las partes para elaborar un proyecto de declaración final, como es habitual en las conferencias climáticas de la ONU.
La ministra de Medio Ambiente de Costa Rica, Andrea Meza, ha sido la encargada por Sharma de dar coherencia a todas las propuestas para el producto final.
Los países más vulnerables volvieron a denunciar las sombrías expectativas. Agrupados en una gran coalición de América Latina, Asia y África, decenas de países pidieron 1,3 billones de dólares anuales a partir de 2030, repartidos a partes iguales entre medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
Estos países recuerdan que antes de 2020, los países desarrollados se habían comprometido a entregar 100.000 millones de dólares anuales. Falta un 20% de esa cifra, que los países ricos dicen que cumplirán en un par de años.
Y esos 100.000 millones de dólares, según los acuerdos actuales, debían ser la base mínima de financiación, a través de préstamos o subvenciones.
“El objetivo para después de 2025 debe reflejar la ambición, la progresión y el acuerdo colectivo para mantenerse por debajo de los 2 °C y aspirar a no sobrepasar el objetivo de 1,5 °C”, explica la declaración de esos países.
La cifra de 1,3 billones de dólares “forma parte de las negociaciones”. (….) Por el momento estamos escuchando”, dijo la ministra francesa de Transición Ecológica, Barbara Pompili.
A modo de comparación, el paquete de ayudas a la transición social y ecológica que quiere aprobar el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, actualmente atascado en el Congreso, es de 1,75 billones de dólares, a gastar en una década.
Los congresistas demócratas estadounidenses, encabezados por la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aterrizaron el martes en Glasgow para mostrar su apoyo a las negociaciones.
“Si pensamos que la situación de los migrantes que vemos hoy en Estados Unidos es mala, va a ser exponencialmente peor en los próximos años” debido al cambio climático, advirtió la congresista Verónica Escobar, de Texas.