PUERTO PRÍNCIPE. Estados Unidos instó a sus ciudadanos a abandonar Haití de inmediato, mientras los vuelos comerciales estén disponibles, debido al aumento de la inestabilidad en el país.
“El Departamento de Estado insta a los ciudadanos estadounidenses a hacer planes para salir de Haití ahora por medios comerciales”, señala un mensaje de la embajada estadounidense.
También aconseja “considerar cuidadosamente los riesgos” de viajar a Haití o permanecer en el país “a la luz de la actual situación de seguridad y los desafíos de infraestructura.”
La embajada advirtió que es “poco probable” que pueda ayudar a sus ciudadanos a salir de Haití si los vuelos comerciales no están disponibles.
La embajada advirtió que, junto con los problemas de seguridad, la escasez generalizada de combustible está empezando a limitar los servicios esenciales en caso de emergencia, incluido el acceso a la banca, las transferencias de dinero, la atención médica urgente, Internet, las telecomunicaciones y las opciones de transporte público y privado.
Haití está experimentando una de las olas de violencia más graves de los últimos quince años, que se ha agravado tras el asesinato del presidente Jovenel Moise el 7 de julio.
Las bandas armadas controlan varias barriadas de Puerto Príncipe, aterrorizan a la población con secuestros indiscriminados y han provocado la escasez de combustible con bloqueos de carreteras y ataques a camioneros.
El mensaje se hizo público tras la conclusión de la visita al país del Subsecretario de Estado para la Lucha contra el Narcotráfico, Todd D. Robinson, que se reunió con el Primer Ministro, Ariel Henry.
Robinson anunció la donación de 60 vehículos y 200 equipos de protección a la Policía haitiana, pero advirtió que EEUU no irá “al rescate” del país caribeño.
“Al final, no va a ser la comunidad internacional la que acuda al rescate de Haití. Serán los haitianos, serán las autoridades haitianas, será la policía haitiana la responsable de la seguridad en el país”, dijo Robinson.
Desde octubre, las bandas bloquean la entrada a los puertos que albergan los depósitos de combustible, y el jefe de la principal banda del país exige la dimisión del Primer Ministro Ariel Henry.
Además, el secuestro de un grupo de 17 misioneros estadounidenses y canadienses sigue sin resolverse, aunque el gobierno de Estados Unidos ha visto pruebas de que al menos algunos miembros están vivos.
Mientras tanto, el número de migrantes haitianos que intentan cruzar a Estados Unidos se redujo en más de un 90% en octubre después de que el gobierno de Joe Biden impusiera vuelos de deportación, según un informe de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) obtenido por The Washington Post.
Unos 1.000 haitianos fueron detenidos a lo largo de la frontera con México el mes pasado, frente a los 17.638 de septiembre, cuando grandes multitudes cruzaron el Río Grande hacia un campamento improvisado en Del Río, Texas, creando una crisis humanitaria y política para Estados Unidos.
El gobierno estadounidense respondió utilizando la orden de salud pública de emergencia del Título 42 de donald Trump para “deportar” a más de 8.500 migrantes de vuelta a Haití, enviando hasta siete vuelos por día desde Texas a la nación caribeña.