Unos 200 países reunidos en la COP26 adoptaron el “Pacto de Glasgow” para acelerar la lucha contra el cambio climático y perfilar las bases de su futura financiación, pero sin garantizar el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5 grados centígrados.
La aprobación final del texto, al término de dos semanas de duras negociaciones, se selló con un martillazo de Alok Sharma, presidente británico de las negociaciones.