La Secretaría General de Comunicación de Ecuador confirmó este domingo que hasta el momento se han identificado 34 cadáveres tras la masacre de 68 presos ocurrida el sábado en la principal cárcel de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.
En un comunicado, señaló que la Secretaría de Derechos Humanos entregará los féretros a los familiares en las próximas horas, mientras que Criminalística continúa trabajando en la identificación de los demás fallecidos.
“El proceso de entrega de los cuerpos consiste en realizar la autopsia, que debe ser avalada por la Fiscalía; solicitar al Registro Civil que autorice los datos y verifique si están registrados; otorgar el certificado de defunción y, finalmente, entregar el cuerpo en el ataúd a los familiares”, explicó.
La Secretaría indicó que varias entidades brindan atención psicológica a los familiares de las víctimas.
Además, trabajadores sociales del Servicio Nacional de Atención Integral a Adultos Privados de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) están monitoreando el estado de salud de los 25 heridos, que están siendo atendidos en centros de salud, manteniendo a sus familiares informados sobre su estado.
Según el Gobierno, al momento “no se han registrado incidentes en los centros de reclusión del país” y, de acuerdo con los informes de los directores de cada uno de los centros penitenciarios, “se mantiene el orden y el control en las cárceles; y las actividades se desarrollan con normalidad”.
Incluso, la normalidad retornó en dos cárceles de las provincias de Azuay y Cotopaxi, donde el sábado los internos se negaron a recibir sus alimentos en un acto de aparente solidaridad con los internos de la penitenciaría de Guayaquil.
La Secretaría agregó que el Ejecutivo ha trabajado interinstitucionalmente para tomar decisiones oportunas sobre la situación carcelaria.
Entre las acciones, el presidente, Guillermo Lasso, y la secretaria de Derechos Humanos, Bernarda Ordóñez, mantuvieron una reunión con un equipo asesor internacional para articular “la cooperación en el proceso de pacificación”, se lee en el documento.
En la reunión participaron delegados de Naciones Unidas y del Programa de Asistencia contra el Crimen Organizado Transnacional (PACcTO).
Además, el Jefe de Estado conversó con representantes de la sociedad civil como el Arzobispo de Guayaquil y la activista de derechos humanos Nelsa Curbelo.
La masacre del sábado se produjo en la misma cárcel donde el pasado mes de septiembre se produjo una matanza en la que murieron 118 presos en enfrentamientos que las autoridades atribuyen a la disputa de territorios entre bandas presuntamente vinculadas al narcotráfico.
Tras esa masacre, el gobernante declaró el estado de emergencia en el sistema penitenciario.
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