Después de cinco años, hoy se reanudará la Cumbre de Líderes de América del Norte, en la que los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá discutirán el impulso a la integración económica, la migración y las acciones para enfrentar la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, temas como la industria automotriz, la política “Buy American” que favorece el consumo de productos nacionales en Estados Unidos y la Reforma Eléctrica impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador podrían generar tensión.
En la Cumbre, que se llevará a cabo en Washington, López Obrador tiene previstas reuniones bilaterales por separado con Joe Biden y Justin Trudeau, además del encuentro trilateral.
También participarán el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien buscará un acuerdo con Estados Unidos y Canadá para la producción conjunta de vacunas antivirus; el canciller Marcelo Ebrard; el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, para ver los avances del T-MEC.
En un mensaje a los medios de comunicación a la entrada de la Embajada de México en Washington, Ebrard Casaubon confió en que la Cumbre será positiva para nuestro país.
“Nuestra perspectiva es que vamos a tener resultados positivos, tenemos una visión optimista de esta reunión, esto no quiere decir que no pueda surgir algún tema donde haya diferencias en las posiciones, pero sí veo que el ambiente es muy positivo”.
El canciller comentó que en la reunión bilateral con el primer ministro canadiense se tratará el tema del indulto a los indígenas, mientras que con el presidente Biden insistirá en que Estados Unidos aporte recursos para la implementación de Sembrando Vida en Centroamérica.
Uno de los temas que podría tensar el diálogo es la política de la administración Biden en el tema automotriz. En primer lugar, está el proyecto de ley de gasto social y clima que se está estudiando en el Congreso de EE.UU., que contempla la concesión de hasta 12.500 dólares en créditos fiscales para los vehículos eléctricos fabricados en EE.UU., incluyendo uno de 4.500 dólares para los coches fabricados por el sindicato. El proyecto de ley es un pilar fundamental de la agenda de Biden.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo ante una audiencia de estudiantes universitarios en Washington que estaba “preocupado” por los créditos fiscales propuestos “que podrían tener un impacto negativo real”, y que los plantearía en las reuniones con los líderes del Congreso.
El proyecto de los vehículos eléctricos también se produce en medio de crecientes tensiones por lo que, según México, es una interpretación más estricta de Estados Unidos en la aplicación de las normas de origen para calcular el valor del contenido regional de los automóviles en el marco del acuerdo comercial regional T-MEC.
Otro tema que podría generar tensiones en la Cumbre es la Reforma Eléctrica que impulsa el gobierno de López Obrador.
Según el presidente mexicano, la iniciativa que envió en septiembre a la Cámara de Diputados busca fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) otorgándole por ley el 56 por ciento de la generación eléctrica del país e incluso cancelando contratos. Sin embargo, a principios de este mes un grupo de 40 congresistas estadounidenses envió una carta a Joe Biden en la que acusa que la reforma viola el T-MEC.
En su conferencia matutina de ayer, López Obrador dijo que esta iniciativa no será tema de la Cumbre, pero que si el tema sale a relucir, presentará sus argumentos para impulsarla.
“Es muy sencillo, lo que queremos es que no aumente el precio de la electricidad y que se acaben los abusos de las empresas privadas, sobre todo las extranjeras”, dijo.
Con información de Reuters