Funcionarios estadounidenses dijeron el domingo que el presidente Joe Biden se compromete a aumentar el límite de admisión de refugiados este año, actualmente fijado en 15.000, pero indicaron que es poco probable que se cumpla el objetivo inicial de la administración de cuadruplicar esa cifra.
El demócrata Biden firmó el viernes una orden ejecutiva para limitar las admisiones de refugiados en Estados Unidos este año al límite históricamente bajo de 15.000 establecido por su predecesor Donald Trump, descartando un plan para aumentarlo a 62.500. Eso provocó la ira de los defensores de los refugiados y de algunos legisladores demócratas.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en una entrevista emitida el domingo en el programa “This Week” de la cadena ABC que Biden revisará la cuestión de los refugiados en las próximas semanas, pero “será muy difícil llegar a los 62.000 este año fiscal.”
“Está absolutamente comprometido a conseguir que Estados Unidos no sólo acoja a los refugiados… sino que aumente el tope. Se ha comprometido a ello y lo cumplirá”, dijo Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, en Fox News Sunday.
A medida que aumentaban las críticas sobre la decisión inicial, la Casa Blanca emitió un comunicado el viernes diciendo que Biden aumentará el límite de refugiados para el resto de este año fiscal antes del 15 de mayo.
La orden de Biden de limitar las admisiones a 15.000 fue un golpe para los grupos de derechos que querían que el presidente demócrata actuara rápidamente para revertir las políticas de refugiados del republicano Trump, que había fijado la cifra como una forma de frenar la inmigración.
El programa de admisión de refugiados es distinto del sistema de asilo para migrantes. Los refugiados deben ser investigados mientras están en el extranjero y autorizados a entrar en Estados Unidos, a diferencia de los migrantes que llegan a la frontera estadounidense y luego solicitan asilo.
La cautela del presidente parece estar relacionada con la preocupación por admitir más refugiados en un momento en que un número creciente de migrantes ha llegado a la frontera entre Estados Unidos y México en los últimos meses.