BERLÍN. El miedo fue ganando terreno en Alemania ante la explosión de contagios de Covid-19, mientras la vecina Austria inició ayer un nuevo confinamiento, una medida sin precedentes en Europa desde la campaña de vacunación masiva.
El regreso de las restricciones contra el Covid ha provocado la violencia en varios países europeos, de nuevo epicentro de la epidemia, especialmente en Holanda, cuyo Primer Ministro denunció actos de “pura violencia” cometidos por “idiotas”.
Con una frase impactante, el ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, pidió a la población que se vacunara “urgentemente” y advirtió que “al final del invierno todo el mundo estará vacunado, curado o muerto” debido a la propagación de la variante Delta, “muy, muy peligrosa”.
La canciller Angela Merkel instó a tomar medidas drásticas ante la “dramática” evolución de la pandemia, que ayer superó el récord de 65.000 casos diarios.
“Las restricciones actuales ya no son suficientes”, dijo la canciller en la reunión de la presidencia de la Unión Cristianodemócrata (CDU).
La cuarta ola “va a ser peor que todo lo que hemos visto hasta ahora”, advirtió.
Mientras tanto, los austriacos, a pesar del descontento mostrado en las calles, han vuelto a recluirse desde ayer.
Tiendas, restaurantes, mercados navideños, salas de conciertos y peluquerías cerraron sus puertas en Viena. Pero los colegios siguen abiertos y las calles de la capital estaban bastante animadas.
“La situación es un poco confusa”, dice una vienesa, Kathrin Pauser, después de dejar a sus hijas de 11 y 9 años, ambas recién vacunadas, en el colegio.
En Alemania, al igual que en Austria, la tasa de vacunación es inferior al 70%, más baja que en otros países europeos.
Esto llevó a Estados Unidos a aconsejar a sus ciudadanos que no viajaran a Alemania y Dinamarca debido al aumento de los casos.
Eslovaquia, por su parte, comenzó a imponer el confinamiento de las personas no vacunadas, y en Grecia los no vacunados no podrán entrar en restaurantes, cines, teatros, museos, gimnasios y edificios públicos.