WASHONGTON. Aparecen por sorpresa, asaltan una tienda en cuestión de minutos y escapan en coches: las tiendas grandes y pequeñas están indefensas ante la oleada de robos relámpago en Estados Unidos en vísperas de las celebraciones de Nochevieja.
En el más impactante de los últimos robos, unos 80 hombres enmascarados, a bordo de 25 coches, asaltaron el sábado unos grandes almacenes Nordstrom de alta gama en Walnut Creek, San Francisco (California), y se llevaron mercancía de lujo del segundo piso y escaparon en pocos minutos.
El robo se produjo un día después de que 40 personas saquearan en segundos una tienda de Louis Vuitton en Union Square, en San Francisco, y huyeran en coches.
Y cerca de Chicago, también afectada por una serie de robos similares, 14 delincuentes invadieron otra tienda de Louis Vuitton en los suburbios de Oak Brook, llevándose más de 100.000 dólares en bolsos y ropa de lujo. Fue el tercer asalto a una tienda Vuitton en Chicago en un mes.
Los minoristas de todo el país están tomando nota y tomando precauciones contra posibles imitaciones, ya que el tamaño de las bandas de ladrones y su capacidad de planificación dificultan su detención.
“El nivel de robos organizados es sencillamente inaceptable”, dijo el gobernador de California, Gavin Newsom.
Los robos se producen en un momento clave del calendario de compras en Estados Unidos: ayer fue el Día de Acción de Gracias y, hoy, el “Viernes Negro“, marca el tradicional inicio de la frenética temporada de compras navideñas.
Newson ordenó la creación de una fuerza especial de apoyo dentro de la Patrulla de Carreteras de California para que trabajara con la policía local para hacer frente al problema.
A pesar de ello, el número de robos relámpago se multiplicó, y una banda de unos 40 ladrones saqueó una joyería en Hayward, cerca de San Francisco.
Cerca de Oakland, una tienda de ropa informal también fue arrasada: más de 30 hombres enmascarados entraron en una pequeña tienda, cogieron zapatos y ropa, y huyeron en menos de un minuto.
Los robos relámpago, también llamados “flash robbery”, llevan años produciéndose en Estados Unidos, pero se multiplicaron en 2021, afectando a pequeñas droguerías, cadenas de tiendas de ropa de nivel medio y minoristas de alta gama.
Y la magnitud y velocidad del ataque a Nordstrom asombró a muchos.
Según los expertos, la rapidez con la que se difundieron las imágenes de los robos en los noticiarios y las redes sociales puede haber inspirado a otros a copiarlos.
Jeffrey Ian Ross, criminólogo de la Universidad de Baltimore, indicó que la policía, ya agobiada por el aumento de los asesinatos y los delitos violentos, “simplemente no puede seguir el ritmo” de los bienes robados y de las personas que los revenden.
Hasta ahora, sólo se ha detenido a tres personas implicadas en el robo de Walnut Creek, de las 80 que estaban implicadas.