El problema de contaminación provocado por las aguas residuales que se vierten en el río Bravo, procedentes de Estados Unidos, afecta no sólo a la población que vive cerca de esta zona, sino también a la diversidad de animales que viven allí y a los que llegan, como las aves migratorias.
“Hay un poco más de 39 especies de aves que están amenazadas por la contaminación del río Bravo“, dijo Marcos López Torres, doctor en investigación educativa. “Hemos visto gavilanes, aguiluchos, águilas pescadoras, tecolotes, búhos, carrizos, cuervos, urracas, zopilotes y otras especies que pasan por nuestra ciudad en su migración y otras se quedan como aves fijas en esta ciudad, tanto para anidar como para aparearse y tener sus polluelos.”
López Torres añadió que la cantidad de aguas residuales que se vierten al río es bastante grave y ha convertido la zona en un foco de infección.
“Quien no respeta su entorno, tarde o temprano paga las consecuencias. La contaminación del río Bravo es bastante grave ya que estamos amenazando el hábitat de la flora y fauna de este lugar; y en el caso de las aves, tanto migratorias como no migratorias, su vida está en riesgo y el daño es irreversible”, mencionó Torres.
El lunes pasado, El Sol de México publicó que desde el 10 de agosto, las dos principales tuberías de aguas negras del oeste de El Paso, Texas, conocidas como Frontera Force Main, sufrieron rupturas que han provocado la expulsión diaria de 10 millones de galones de agua contaminada al Río Bravo, en la frontera con Ciudad Juárez, Chihuahua.
Y se espera que el flujo de aguas negras cese hasta finales de año, cuando la empresa responsable, El Paso Water, concluya la sustitución de una de las tuberías dañadas, según informó a este diario.
Las aguas residuales amenazan con convertirse en un grave problema de salud para la población local e incluso la tradicional reunión familiar que se celebra cada año entre El Paso y Ciudad Juárez ha sido suspendida por la falta de condiciones sanitarias para llevarla a cabo.
La fauna y la flora de la zona también comienzan a sentir los efectos. Juan López, presidente de la Liga Municipal de Pesca Deportiva, indicó que en el Río Bravo se pueden encontrar diferentes especies como mojarra, dos tipos de bagre, carpa, lobina, lobina blanca y hasta pejelagarto.
Según la información oficial, a lo largo del río hay 46 especies de peces (34 nativas) y algunos anfibios, crustáceos y moluscos.
Entre los reptiles hay lagartos, serpientes y tortugas, tanto terrestres como acuáticas. Entre las principales especies están: musaraña, ciervo bura, castor, oso negro, puma, lince, pecarí de collar, ciervo de cola blanca, tortuga jicotea, golondrina de roca y lagarto de roca.
El río tiene una longitud aproximada de tres mil kilómetros, una de las más largas de México, y debe proporcionar agua dulce de calidad suficiente para las poblaciones de aves migratorias y residentes que lo utilizan como corredor biológico.
“Sabemos que estas aguas traen metales pesados, detergentes, ácidos, pesticidas, químicos que alteran la calidad del agua y definitivamente alteran la flora y la fauna, en su totalidad el ecosistema”, expresó el ambientalista Daniel Delgadillo.
“También es muy perjudicial para la agricultura, para las zonas que se abastecen del agua del río Bravo. Daña los cultivos, los hace menos productivos y contamina el suelo. Es un gran problema, el olor también afecta la estabilidad, a las personas y al medio ambiente en general”, enfatizó.
Daniel Delgadillo consideró que la contaminación del Río Bravo es un problema grave que requiere atención inmediata y no es bueno que las instituciones se culpen entre sí.
“Un animal que ingiere agua contaminada va a intoxicar su organismo y se va a deteriorar. Le provocará enfermedades, trae metales pesados y eso es muy perjudicial tanto para las plantas como para los animales. Una planta que consuma agua contaminada será una planta débil, que no tendrá todos sus nutrientes para desarrollarse”, dijo.