WASHINGTON. Un congresista estadounidense está en el punto de mira de la opinión pública por publicar una foto de su familia sonriendo y sosteniendo armas frente a un árbol de Navidad, días después de que un mortal tiroteo en una escuela conmocionara al país.
Thomas Massie, representante del estado de Kentucky, de tendencia republicana, publicó el sábado la foto de sí mismo y de seis miembros de su familia, cada uno de ellos sonriendo y empuñando un arma, junto con la leyenda “¡Feliz Navidad! PD: Santa, por favor, trae munición”.
La publicación provocó una rápida protesta, encabezada por los padres de las víctimas de los tiroteos en las escuelas y otros legisladores, que acusaron a Massie de insensibilidad días después de que un adolescente matara a tiros a cuatro compañeros en un instituto de Oxford (Michigan).
“Vergonzoso”, tuiteó ayer John Yarmuth, un congresista demócrata de Kentucky, diciendo que esos mensajes pro-armas de los republicanos “nos restriegan abiertamente el asesinato de niños en la cara como si hubieran marcado un touchdown.”
“No todo el mundo en Kentucky es un imbécil insensible”, comentó Yarmuth.
Por su parte, Adam Kinzinger, congresista republicano por el estado de Illinois, expresó en su cuenta de Twitter que apoyaba el derecho a la posesión de armas en Estados Unidos -garantizado por la Constitución- pero aseguró que la publicación de la foto “no apoya el derecho a tener y portar armas.” “Esto es un fetiche de las armas”, sentenció.
Fred Guttenberg, cuya hija murió en el tiroteo escolar más mortífero de la historia de Estados Unidos en Parkland (Florida) en 2018, respondió al post de Massie con uno propio.
“@RepThomasMassie, ya que estamos compartiendo fotos familiares, aquí están las mías”, escribió. “Una es la última foto que tomé de Jaime, la otra es donde está enterrada”, sentenció.
Manuel Oliver, cuyo hijo Joaquim también murió en Parkland, estaba siendo entrevistado en la CNN sobre el control de armas cuando el post de Massie se hizo viral.
“Esa es una gran parte del problema”, dijo después de que le mostraran la publicación. “Esto también es algo que debería enseñarnos a quién debemos escoger y a quién no”, argumentó.
En el tiroteo del 30 de noviembre en la pequeña ciudad de Oxford murieron cuatro estudiantes, de entre 14 y 17 años, mientras que otros seis y un profesor resultaron heridos.
Ethan Crumbley, el joven de 15 años que se entregó a la policía sin oponer resistencia, fue acusado de “asesinato” y “acto terrorista” y podría pasar el resto de sus días en prisión, ya que está siendo procesado como adulto.
Sus padres están acusados cada uno de cuatro cargos de homicidio involuntario por haber comprado el arma y haber ignorado múltiples señales de advertencia antes de la tragedia, lo que conlleva una pena de hasta 15 años de prisión.
Según los medios de comunicación estadounidenses, el arma fue un regalo de sus padres a Ethan por su cumpleaños.
La tragedia de la escuela de Michigan ha vuelto a reavivar el debate sobre el control del acceso a las armas en Estados Unidos.
De enero a noviembre de 2021 se han registrado 171 tiroteos en escuelas estadounidenses (desde el jardín de infancia hasta el instituto), la cifra más alta desde 1970, pero el mayor número de incidentes con atacantes activos en las escuelas fue en 2018, con 11, según datos de la empresa de estadísticas Statista.com.