El Gobierno de Estados Unidos reanudó este lunes el programa “Quédate en México” (MPP) en medio de crecientes dudas sobre si garantizará la seguridad de los solicitantes de asilo, que tendrán que esperar en el país vecino a que sus casos sean procesados en Estados Unidos.
El programa, uno de los estandartes de la anterior administración presidida por Donald Trump, fue derogado por el gobierno de Joe Biden, pero un juez federal ordenó reanudarlo y, desde entonces, EEUU negocia con el gobierno mexicano los parámetros bajo los que se volvería a implementar la iniciativa.
Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) afirmó haber realizado varios cambios para ofrecer mayores garantías, los defensores de los migrantes no creen que sean suficientes.
“Es probable que los migrantes se enfrenten a retos similares a los que tuvieron cuando se implementó por primera vez”, dijo a Efe Jessica Bolter, analista del Instituto de Política Migratoria (MPI).
En este sentido, Kennji Kizuka, analista e investigador de Human Rights First (HRF), advirtió de que por mucho que la Administración Biden “intente embellecer” el nuevo MPP “no hay forma de llevar a cabo la implementación de forma humana y segura.”
Migrantes expuestos al peligro
Según la organización, en los primeros siete meses de la administración Biden, hubo hasta 6.356 denuncias de ataques a migrantes que fueron retirados o bloqueados en la frontera sur del país.
En el caso del MPP, los investigadores de HRF documentaron más de 1.500 ataques contra los solicitantes de asilo que fueron puestos bajo este programa y entre los delitos hubo casos de secuestro, tortura, asalto y violación, entre otros.
“Al restablecer esta medida habrá más secuestros… habrá más violencia contra las familias, los adultos y los niños que tratan de buscar seguridad en Estados Unidos“, dijo Kizuka.
La Casa Blanca insistió la semana pasada en que ha trabajado “estrechamente” con la administración del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para proporcionar refugio y transporte a los solicitantes de asilo en el proceso, pero el anuncio ha suscitado varios interrogantes.
Sin embargo, para Bolter “no está claro” cómo harán Estados Unidos y México para garantizar un refugio seguro para los solicitantes de asilo “ya que muchos refugios a lo largo de la frontera ya están desbordados con los migrantes” que viven allí.
Los cambios introducidos por el DHS en los protocolos de protección de los migrantes, que designan formalmente el programa “Quédate en México“, incluyen el compromiso de que los procedimientos concluyan, por lo general, dentro de los seis meses siguientes al regreso inicial de una persona a México, un plazo que también ha sido cuestionado por los defensores de los migrantes.
Bolter dijo que “es probable que los migrantes sigan enfrentándose a los peligros de vivir durante periodos prolongados en las ciudades fronterizas mexicanas, a menudo sin refugio ni recursos suficientes”.
También consideró que las acciones tomadas por la Administración Biden con respecto al MPP “no parecen muy diferentes a las de la administración Trump.”
En su opinión, la falta de acceso a la asesoría legal fue uno de los mayores retos a los que se enfrentaron los solicitantes de asilo bajo la versión anterior del MPP, y “es probable que los migrantes vuelvan a enfrentarse al mismo reto ahora.”