Siguiendo los pasos de SpaceX en el mercado espacial, Rocket Lab anunció un plan inédito para lanzar un cohete y recuperar el propulsor en el aire utilizando un helicóptero.
La empresa estadounidense, fundada por el neozelandés Peter Beck, ya ha realizado tres pruebas con helicópteros para su primera misión de recuperación, prevista para el primer semestre de 2022.
Los cohetes de SpaceX, de Elon Musk, ya tienen la capacidad de aterrizar de forma autónoma, lo que permite reutilizarlos, pero Rocket Lab probará una forma no experimentada antes.
En las primeras pruebas, el helicóptero siguió con éxito al cohete mientras descendía a la Tierra en paracaídas.
Según el plan, la aeronave debe atrapar un cohete en pleno descenso en el cielo y traerlo de vuelta a la base para su reacondicionamiento y reutilización.
Rocket Lab inició en 2017 sus esfuerzos por reutilizar lanzadores para aumentar la capacidad y reducir los costes, lo que le daría una ventaja sobre la empresa de Musk, que también ha incursionado en el mercado de cohetes de baja capacidad.
Rocket Lab perfeccionó el Electron, el segundo cohete estadounidense más lanzado cada año: ha puesto en órbita 107 satélites para el sector público y privado, solo superado por el Falcon 9 de SpaceX.
La empresa también anunció en su página web un nuevo vehículo, Neutron, más potente y que pondrá en órbita “la futura generación de satélites”.
En su presentación en vídeo, Beck dijo que el objetivo es poder “eventualmente lanzar Neutrón, aterrizarlo y volver a lanzarlo en 24 horas”, impulsado por Arquímedes, su nuevo motor reutilizable.
A diferencia de los cohetes Starship y Falcon 9 de SpaceX, que son mucho más grandes y están hechos de aluminio, Beck mostró un compuesto de carbono que resiste los impactos y que hasta ahora no se ha utilizado en la industria de los cohetes espaciales.
Este revolucionario dispositivo estaría listo en 2024 y, en el futuro, se espera que se utilice para vuelos espaciales tripulados.