La pandemia del Covid-19 se ha cobrado la vida de más de 500 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación en las Américas, donde también se ha incrementado la violencia contra la prensa a través de agresiones, amenazas, estigmatización y asesinatos de periodistas, advirtió el martes Jorge Canahuati, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Al inaugurar la reunión de mitad de año de la SIP, señaló que de octubre a la fecha han sido asesinados ocho periodistas: cuatro en México, uno en Colombia, uno en Ecuador, uno en Guatemala y uno en Honduras.
Asimismo, destacó que lamentablemente algunos gobiernos de la región siguen utilizando los medios públicos como armas de propaganda partidista y los botcenters y redes sociales para insultar e inhibir a los periodistas. También, agregó, utilizan a las fuerzas de seguridad y parapoliciales para atacar a los medios y a los periodistas.
Según Canahuati, la persecución de medios y periodistas, política, legislativa o judicial, sigue siendo habitual en el continente. “Habrá que seguir atentos a la cantidad de medidas que adoptan los gobiernos para protegerse de las críticas o para blindar a presidentes y altos funcionarios, desde medidas que ayudan a clasificar más información de interés, a crear más restricciones de acceso a la información pública, o a crear leyes contra el odio y la ciberseguridad con las que buscan limitar y restringir la conversación pública en las redes sociales”, advirtió.
El periodista y empresario hondureño destacó que la pandemia ha causado estragos y está lejos de aliviar la incertidumbre de los medios y comunicadores. “La pandemia, la incertidumbre y la desinformación han hecho que los medios y el periodismo profesional recuperen su trascendencia social”. …. Pero, por desgracia, los estragos económicos de la pandemia han afectado a los medios de comunicación. Muchos de ellos son débiles y apenas sobreviven, con escasos ingresos publicitarios, antes el soporte más importante de su economía”, señaló.
También reconoció que muchos medios de comunicación de la región tienen los bolsillos llenos y no pueden invertir en un mejor periodismo y sólo tratan de sobrevivir. Muchos otros han cerrado o están en proceso de hacerlo, con el resultado de que el periodismo local está desapareciendo, dejando a sus comunidades a la intemperie, vulnerables a la injusticia y la corrupción.
Canahiati también advirtió que en muchos países del continente, los medios de comunicación y el periodismo se enfrentan a una tormenta perfecta en la que la debilidad económica inducida por la pandemia -marcada por el deterioro de los ingresos publicitarios que son más de un 50 por ciento menos que antes de marzo de 2020 y por la caída de las suscripciones y la distribución- se suma a las medidas políticas autoritarias.
Como ejemplo de ello, citó el caso de Venezuela, donde hace unos días el Tribunal Superior de Justicia, aliado del poder político, decidió obligar al diario El Nacional a pagar 13 millones de dólares a Diosdado Cabello por su honor.