En México, la fragilidad institucional y los usos y costumbres dentro de la clase política para obtener beneficios personales, provocan que la corrupción sea un problema estructural que no se podrá resolver en al menos 20 años, aseguró Jorge Alatorre, integrante del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).
“La corrupción es un problema estructural que no se va a resolver en al menos dos décadas”, dijo en entrevista con El Sol de México.
El también experto en ciencia política comentó que lo anterior se debe a que estos problemas se arrastran desde hace décadas, incluso siglos, lo que ha provocado el poco respeto y desconfianza que los ciudadanos sienten hacia las autoridades encargadas de la correcta función pública.
Desde el 28 de mayo de 2018, el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador prometió que, de llegar a ser titular del Poder Ejecutivo, acabaría con el fenómeno de la corrupción. “Vamos a barrer la corrupción de arriba hacia abajo desde el primer año”, dijo al término de un mitin en Zitácuaro, Michoacán, consigna que incluso se convirtió en el principal sello de lo que llamó la Cuarta Transformación.
Al respecto, Alatorre, quien durante casi un año estuvo solo al frente del CPC por diversas omisiones del Poder Legislativo, dijo que “no se trata de sacar un pañuelo blanco, se trata de hacer las cosas con seriedad, de entender que esta situación va a requerir tiempo, esfuerzo y por supuesto recursos, pero que vale la pena porque de lo contrario simplemente se pone en duda nuestra existencia como nación”.
Francisco Ciscomani, presidente del CPC, se suma a este argumento. Al ser cuestionado sobre la posibilidad de realizar una serie de cambios normativos en el SNA para agilizar los procesos anticorrupción, dijo que “las instituciones y las políticas tienen que verse en el tiempo”.
“Va más allá de los hombres y mujeres que integran temporalmente esas instituciones o que impulsan la política correspondiente. (La corrupción) es un fenómeno que requiere una sistematización en el trabajo para combatirla y también en (el combate a) la impunidad”, dijo.
En ese mitin de 2018, el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador también se comprometió a sacar a México de entre las naciones más corruptas del mundo. Tres años después, el World Justice Project ubicó a México en el lugar 135 de 139 países con mayor percepción de corrupción entre sus ciudadanos.
Al respecto, ambos expertos lamentaron que esta percepción no haya bajado a pesar de que varias cosas han cambiado, como la menor burocracia en la administración pública o mayores herramientas para el escrutinio público. Pero reconocieron que gran parte de este problema proviene de problemas internos de las instituciones que conforman el SCN, que no han logrado los resultados tangibles y concretos que deberían.
“Sin embargo, las diferentes herramientas de medición que se hacen dentro del sistema y fuera de él nos permitirán ver cuáles son los puntos de bloqueo que existen y cómo ayudar a los propósitos establecidos en la política nacional anticorrupción. Si estos bloqueos se resuelven, nos tocará a nosotros como CPC: alzar la voz lo más alto y claro que sea necesario y también trabajar en conjunto con las instituciones para hacerles ver en el corto (plazo) estas falencias y que se solucionen”, dice Alatorre.
Sobre este tema, Ciscomani aseguró que en reuniones con los integrantes del comité coordinador del SNA, se han propuesto resolver estos tres temas en un plazo no mayor a seis meses, es decir, la implementación de la política anticorrupción a nivel nacional, el modelo de evaluación y seguimiento del funcionamiento de las políticas y la implementación de la Plataforma Digital Nacional para llegar al próximo día conmemorativo anticorrupción y poder decir “estos fueron los avances que tuvimos en el último año”.
Ayer, durante su conferencia matutina, el presidente López Obrador volvió a tocar el tema de la corrupción, al afirmar que gracias a que en su gobierno no se roban el dinero, México ha podido salir de la crisis económica.
“Porque hay mucho ahorro cuando no hay corrupción, el presupuesto alcanza, rinde, no se roba. Esa es la fórmula, acabar con la corrupción y con la impunidad, y estamos saliendo, soy optimista”, dijo López Obrador.